POR RAQUEL RODRIGUEZ

Mientras bares con muchos aos de antigedad intentan sobrevivir a la crisis, Jonathan Gutirrez Gmez y Miriam Fernndez Iglesias decidieron arriesgarse en plena crisis y abrir el Bar JOMY hace menos de un ao. Fue el 3 de mayo del 2013 cuando este matrimonio de jvenes –l tiene 30 aos y ella 29– se li la manta a la cabeza y optaron por ser sus propios jefes estrenando negocio en la plaza de Juan de Loasa, la plaza del Sirimiri.

Ambos conocan el sector. “Yo haba estado trabajando dos aos en hostelera y mi mujer casi un ao”, recuerda Jonathan. Pero a ella se le termin el contrato y “surgi la oportunidad de coger el bar, as que, en vez de trabajar para alguien, optamos por trabajar para nosotros mismos y salir adelante los dos”.

A pesar de estar en plena crisis, no se amedrentaron: “Tienes miedo, pero si piensas en eso, te estancas y no haces nada, as que nos arriesgamos”. Y hoy, Jonathan no se arrepiente. “Nos gust la zona. Hay colegios, institutos, muchos nios… Tenemos clientes fijos y estamos contentos, aunque hay das buenos y das malos”.

Su mujer lo suscribe y subraya que no ha sido fcil. “El primer ao es duro. El invierno es muy malo y ahora es cuando empieza para nosotros la mejor temporada”. Adems, lamenta la tardanza en recibir las ayudas por su emprendimiento. “Nos han aceptado varias, hemos recibido cartas, pero despus de casi un ao no hemos recibido ningn dinero y pagamos muchos impuestos. Lo peor es eso, los impuestos, la seguridad social, el agua, la luz… Todos los autnomos lo decimos”. Son gastos fijos, con meses buenos y con meses malos, sealan.

Jonathan y Miriam han intentado plantar cara a las dificultades especializndose en pinchos como los callos de ternera, el arroz con pollo, las revolconas y, los morros en salsa, “una tapa que siempre tiene que estar”. Les ayuda una cocinera a media jornada, que hace tambin dulces caseros como bizcochos y torrijas, ahora por Semana Santa. Adems, el verano pasado ofertaron helados y batidos naturales en colaboracin con una tienda de golosinas contiguas y este ao repetirn y lo ofertarn antes.

Cuando abrieron el bar JOMY, le hicieron un lavado de cara. Cambiaron la fachada, la barra, la pintura y el mobiliario. De su interior, llama la atencin una gran pecera que Jonathan tena en casa y decidi llevar al bar porque ahora pasa ms tiempo en el negocio. Preside un pequeo espacio con capacidad para unas 20 personas y en la terraza dispone de 15 mesas. Acogen cumpleaos y celebraciones. “Hemos tenido un bautizo con 40 personas”.

Jonathan y Miriam trabajan a diario, salvo los jueves por la tarde que cierran en invierno, y en verano, los domingos. Ahora, afrontan con ilusin los mejores meses para ellos y esperan que la situacin vaya mejorando, a la vez que agradecen la acogida del barrio: “No hemos tenido ningn problema”, subraya Jonathan.