La moda de los velorios insólitos vuelve a Puerto Rico con el caso del joven Jomar Aguayo, de 23 años, cuyo cadáver se exhibe hoy en un bar de San Juan, sentado en una mesa jugando al dominó y con una cerveza.
El embalsamamiento del cadáver de Aguayo, que murió en un tiroteo ocurrido el pasado fin de semana, fue encargado a la Funeraria Marín de la capital puertorriqueña, cuya propietaria, Tamaris Marín, señaló a Efe que este tipo de velorios responden a un cambio de tendencia en las costumbres.