J.F.M. Palma
El propietario de un bar de Cala Millor fue juzgado ayer en la Audiencia de Palma, acusado de agredir y causar lesiones graves a dos clientes, a los que no quiso servir más bebidas porque ambos se encontraban bajo los efectos del alcohol. El acusado, defendido por el abogado Gaspar Oliver, se enfrentaba a una acusación inicial de siete años de prisión. Sin embargo, su abogado alcanzó un pacto con la acusación, tras indemnizar a las víctimas. El acusado aceptó 18 meses de prisión, pero que se sustituirán con el pago de una multa económica.
Este incidente ocurrió en abril de 2011.
La esposa del acusado se negó a servirle más bebidas a los clientes dado su estado de embriaguez. Uno de ello se dirigió al dueño del bar y le aconsejó que pusiera un bozal a su esposa. El acusado metió a sus hijos en una habitación interior del local y, enfurecido, se dirigió hacia los dos clientes. A uno le propinó un fuerte puñetazo en la cara que, además de dejarle casi inconsciente, le provocó la pérdida de cinco dientes. El familiar del herido salió en su ayuda. El dueño del bar también le propinó varios puñetazos. Los golpes le hicieron caer al suelo y se fracturó la nariz.