Aunque no acudió a la ceremonia de los Premios GQ en el Royal Opera House de Londres, Kate Moss sí que estuvo presente en la exclusiva fiesta posterior a la ceremonia, donde se divirtió sirviendo vodka a los invitados y paseándose junto a Sam Smith mientras demostraba sus dotes como cantante.
“Estaba como en casa. Se fue al otro lado del bar y desde allí comenzó a servir bebidas muy cargadas de vodka a todo el mundo. Al final ella y la camarera acabaron sirviéndolo directamente en la boca de la gente. Todo el mundo lo estaba pasando muy bien”, revela una fuente al periódico Daily Mirror.
La fiesta -a la que también asistieron otras caras conocidas, como Simon Le Bon, Lewis Hamilton o Nicholas Hoult- fue subiendo de nivel progresivamente, hasta que la policía se vio obligada a interrumpirla a las 4 de la mañana debido al “ruido excesivo”.
El anfitrión de la fiesta, el relaciones públicas Matthew Freud, organizó el evento en su lujosa propiedad de Primrose Hill (Londres), por lo que tuvo que disculparse después por las molestias ocasionadas.
“Pidió disculpas por si había causado molestias a algún vecino. Hubo cierto tumulto cuando algunos de los invitados salían, por la cantidad de paparazzi que había en la puerta. Pero la policía solo estuvo allí un periodo corto de tiempo, por lo que todo estuvo bien”, añade el informante.