Manuel Vázquez lo cuenta con tranquilidad. «Pínchame si quieres». Eso le decía al hombre que le puso en la cara un machete de quince centímetros el pasado martes por la noche. Manuel es un cliente habitual del bar ‘La Jarrita’ de San Fernando y allí se quedó a pasar la Nochebuena. Vive en el bloque contiguo, pero no tenía con quien cenar y le preguntó al dueño si podía pasarla allí la noche viendo la tele.
Francis, el propietario, sólo le puso una condición: no abrir a nadie. A las doce menos diez de la noche, con todas las puerta cerradas y la televisión encendida, Manuel escuchó tres golpes secos en la puerta trasera. No le dio mucha importancia. Pocos segundos después, le siguieron porrazos más sonoros. Se puso en alerta y sospechó que alguien quería colarse al bar. Escuchó una voz familiar de un hombre que decía a otro «vamos, que no hay nadie».
El ladrón se equivocó. Allí intentaba pasar la fiesta los más tranquilo posible Manuel. Conocía a los dos ladrones del bar, alguna vez habían coincidido en ‘La Jarrita’. No eran fijos, pero sí habituales. Los asaltantes le tiraron al suelo, le ataron las manos y le amenazaron con el cuchillo. «Pínchame si quieres», le dijo.
En ese momento entró una patrulla de la Policía Nacional con linternas. Los atracadores se escondieron detrás de una mesa y los agentes vieron al hombre de 65 años atado en mitad del local. Bastó un movimiento de cabeza de Manuel para que los policías descubrieran a los asaltantes tapados por los veladores. Los redujeron y rescataron al retenido.
El rescate fue tan rápido porque un vecino del bloque de enfrente escuchó ruidos en el bar. La pequeña puerta azul metálica que forzaron resonó en la soledad de una noche especialmente tranquila y los efectivos de guardia se acercaron en cuento recibieron el aviso. Vieron la puerta forzada y entraron.
Desde la Jefatura de Policía explican que tuvieron que emplear la fuerza mínima indispensable porque los ladrones se opusieron con agresividad al arresto. Tras la detención, requisaron en la intervención un cuchillo de 15 centímetros, un destornillador, una maza, un pasamontañas y unos guantes, que supuestamente se emplearon para asaltar ‘La Jarrita’.
Los detenidos son dos varones de 47 y 55 años con antecedentes, según pudo saber la Policía Nacional después. Tras la tramitación del atestado policial pasaron a disposición de la autoridad judicial para que determine la pena por el robo y la intimidación.
Dos días después, Manuel todavía habla del susto que se llevó en la silla donde le maniataron y amordazaron. Sospecha que se libró de una puñalada con el machete porque los ladrones le conocían y, hasta esa noche, no había tenido problema alguno.
Siempre le quedará la duda del desenlace si el vecino que escuchó los ruidos no hubiera llamado por teléfono al 091.