Grandes canciones, pequeños hitos. Por ahí parece transcurrir hoy la estrategia de artistas que aún creen en su música por sobre la mera exposición mediática en una industria del entretenimiento que, ahora también, mide su devenir en audiencia web. Este fin de semana así lo demostraron músicos de aquí, de allá y de todas partes, respondiendo a estas nuevas reglas tanto arriba como abajo de un escenario.

Bruce Springsteen subió sin previo aviso a un pequeño tablado ubicado en el fondo de un bar llamado Wonder, en Asbury Park, New Jersey, y sorprendió al público con un set de 15 canciones de toda su carrera. El público agradecido (al menos los que pudieron ingresar al establecimiento cuando se dieron cuenta de lo que estaba ocurriendo) filmó ese instante de cielo y lo reprodujo online sin esperar siquiera que termine una canción.

Muy cerca de allí, en Nueva York, en medio de otra de sus megagiras, Bono y The Edge le regalaron a los fans de U2 una interpretación a dúo de “October”, canción a piano y voz grabada en 1981 y que no tocaban en público desde hacía más de veinticinco años. Dos minutos viralizados hasta el infinito y más allá.

Del otro lado del océano Atlántico, los ingleses de Portishead cerraron su implacable presentación en el festival Latitude acompañados por primera vez por Thom Yorke, el cantante de Radiohead, quien se unió a la cascada voz de Beth Gibbons para el tema “The Rip”. Una hora más tarde, Yorke volvería a optar por el efecto sorpresa al subirse a uno de los escenarios más “alternativos” del festival y montar un show propio sin estar anunciado en la grilla original.

Al igual que Jeff Tweedy y sus compañeros del grupo Wilco que también se inclinaron por el hecho sorpresivo y el fin de semana colgaron en su sitio oficial en Internet su esperado nuevo álbum, Star Wars, para que sus seguidores se lo puedan bajar gratuitamente..