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La última ronda y nos vamos. Con 117 años de historia, el Bar Francia cerró sus puertas. Cientos de recuerdos y gratas experiencias quedaron para siempre en la mente, pero sobre todo en el corazón de Antonio Zermeño Arredondo, último propietario de este lugar, que para muchos fue un escape o un punto para tomar aire y continuar.
La decisión no fue fácil. Impidiendo que una lágrima escapara por sus ojos, don Antonio cuenta que fue hace cinco meses que los dueños del edificio en donde se encontraba el reconocido Hotel Francia, ubicado en el corazón del Centro de Torreón, le pidieron el local para convertirlo en más locales comerciales.
Tres días fueron suficientes para que Antonio dejara ir su lugar especial, aquel que vio pasar grandes personalidades de la historia del país, de la farándula pero sobre todo, aquel que le brindó momentos inolvidables con sus amigos, que aún conserva.
Cuenta que en dos ocasiones Pancho Villa acudió a su bar, “en 1914 y regresó en 1916; venía a seguir su revolución y venía a saber cuánta gente se adhería a él para seguir con la revolución”.
Platica que también Pedro Infante, María Victoria y Yolanda Montes “Tongolele” fueron algunos de los artistas que disfrutaron de este peculiar bar, en donde asegura, se servían los mejores tragos.
“A mi me tocó la época de los luchadores como: El Santo, Blue Demon, el Médico Asesino, así como personajes de la política”, dice con emoción.
El bar Francia, situado en la esquina de la calle Presidente Carranza y Ramos Arizpe, vio nacer Torreón como ciudad, y sobre todo “sobrevivió” a movimientos revolucionarios, así como la lucha contra el narco que azotó la región.
“Aquí no entraban malandros, sólo gente de sociedad, se respetaban unos a los otros, nunca hubo ningún problema”.
Los únicos problemas que entraron a este lugar, fueron los que sus clientes contaban y que trataban de “ahogar” con una copa de licor.
Pero además, este bar fue en sus primeros años, un centro de negocios, pues los comerciantes lo elegían para cerrar tratos o crear nuevos proyectos.
También era el elegido de los ferrocarrileros, dada su cercanía con la estación.
Además de incontables recuerdos, don Antonio llevó a casa, su mesa central y su silla, aquella en la que por 45 años, fue su sitio preferido para disfrutar de su negocio, aquel que si bien no era la principal fuente de ingresos para su familia, si lo fue para escapar de la cotidianidad o simplemente para disfrutar de un buen trago.
Como despedida a todas aquellas personas que disfrutaron en algún momento del ambiente que brindó este lugar, don Antonio escribió una carta que dice: ” Durante 40 años de dar servicio a la comunidad lagunera cierra sus puertas el Bar Francia, el más antiguo de la ciudad; aprovechando para darles las gracias a todas las personas locales y foráneas que hicieron presencia en este bar.
Gracias también a mi familia que me dio su apoyo incondicional, mil gracias”, dice la hoja, en la que Antonio Zermeño, plasmó su firma y dejó tras cerrar la puerta para siempre de su querido bar Francia.