El sonido de la música o de los vasos servidos por meseros no es lo único que en estos días se escucha en La Mariscal. En la Zona Rosa que concentra buena parte de los locales de diversión de Quito se oyen golpes de martillo y de otras herramientas.
Los dueños de restaurantes, discotecas, bares, karaokes aún afinan detalles para cumplir con las normas técnicas que son parte de la resolución A012 de octubre del 2014.
Pero todo es parte de adecuaciones establecidas en los planes de gestión para la Zona Especial Turística La Mariscal.
El 24 de abril del 2012 se aprobó la Ordenanza 236, que crea instrumentos de regulación, control y promoción del desarrollo turístico. Las normas están vigentes desde el 7 de octubre del 2013. Se debían cumplir hasta octubre del 2014. Pero con el cambio de administración se hicieron modificaciones a la normativa.
Hace una semana, el jueves 30 de abril del 2015, terminó el plazo para que los establecimientos que funcionan en la Plaza Foch, Colón, Orellana, Isabel La Católica y 12 de Octubre cumplan con los parámetros mínimos o normas técnicas. El objetivo, según Quito Turismo, es mejorar el servicio y la atención a los usuarios locales y extranjeros de esta zona.
Sin embargo, no todos los locales están listos. Hay lugares en donde se ha avanzado, pero no todo está terminado.
En La Coruña y 12 de Octubre, en Nautilus Bar, no hay atención desde la semana anterior. El propietario de este local que funciona desde hace ocho años, Iván Burgos, se siente estresado. “Esto no es un bar, es una cerrajería, una carpintería”. Esta noche, entre las mesas y las sillas aparecen maderas y más objetos que utiliza un trabajador a cargo de las adecuaciones; separar espacios para ubicar a 20 clientes que completan el aforo que tiene… Muestra el botón de pánico y una barra para que una persona con discapacidad o movilidad reducida pueda sujetarse en el baño.
Burgos comenta que no solo se trata de obras físicas. Tienen que presentar certificados de haber completado cursos. Por ejemplo de primeros auxilios en la Cruz Roja. Él acude desde hace tres semanas, todos los días de 07:00 a 10:00. Otro como bar tender de 15:30 a 18:30, que empezó el 23 de marzo y concluirá el 27 de mayo.
En Beertrópolis, que funciona desde hace cinco años en la Foch y Almagro, tampoco están listas las adecuaciones. Su dueño, Mauricio Román, calcula que la inversión total será de unos USD 3 500. “Es la última esperanza que tenemos para lograr que La Mariscal y la Plaza Foch vuelvan a brillar”.
Pero pide que la Municipalidad haga lo suyo y que coordine con la Policía Nacional para mejorar la seguridad de la zona.
Él y otros propietarios de dos discotecas y seis restaurantes contrataron a K-tec, una empresa que los asesora para completar las normas técnicas. Deben pasar cursos como mesero y cocinero polivalente, de bar tender, tener un certificado de Buenas Prácticas de Manufactura. Para ello deben pasar una capacitación y por eso invertirá alrededor de USD 800. Admite que han logrado, al unirse, una rebaja.
En otros sectores, en la Juan León Mera y Cuero y Caicedo está Chandani Tandori, un restaurante de comida india con capacidad para 40 personas. El paquistaní Raja Muhammad Naeem cuenta que lo abrió hace casi 16 años.
Algunas de las mejoras que tiene el local son palabras escritas en Braille, indicando dónde está el baño y la salida. Además, un rótulo en el que se muestra que una de las mesas está reservada, de modo preferencial, para personas con discapacidad, entre otros mensajes en las paredes.
La inversión total fue de USD 500, cuenta el propietario. Está de acuerdo con las normas técnicas. Le parece que es para mejorar la atención a los clientes. Cree que hubo suficiente tiempo para hacer los cambios. “Los baños son una parte muy importante, deben siempre estar limpios”, apunta. A él como a otros dueños de negocios de La Mariscal le gustaría que se trabaje más en la seguridad. Ya es común que sus comensales le cuenten sobre asaltos, a él también le ha ocurrido.
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