Los dueños del bar Woodstock no estaban demasiado felices cno lo que hacía su clientela. es que la mayoría se reunía con sus amigos… para pasarse la noche mirando la patnalla de su teléfono celular. Se enteraron de una idea y, si bien no lograron erradicar por completo el teléfono de las mesas, al menos lograron que varios decidieran emplear más inteligentemente su tiempo y dedicarse a charlar.
“Hacemos esta promoción para que la gente no pierda el diálogo por estar con el celular”, dicen los dueños del bar de Zeballos y Rodríguez. La idea es muy simple: quienes dejen su teléfono en la barra al ingresar y lo recojan al salir tendrán un diez por ciento de descuento.
Muchos se pasaron al bando de los “desconectados” y aseguran que disfrutan más los momentos de relax. Pero otros jamás se separarían de su su celular, por ejemplo, los que se escapan del trabajo para tomar un café a escondidas o quienes no pueden vivir sin WhatsApp, mensajitos de texto, correo, Facebook, Twitter y todo lo imaginable que cabe dentro de un teléfono móvil.
“A la gente le copa la onda, se divierten con la idea”, aseguran.
La promoción de Woodstock funciona de lunes a jueves al mediodía y los fines de semana por la noche.
La idea no es rosarina: en el barrio porteño de Palermo están Fifí Almacén, La Baita y la pizzería Monzú, que ofrecen descuentos o regalos para quienes puedan prescindir un rato del teléfono, al igual que Club del Progreso, en San Nicolás. Pero ni siquiera nació en Argentina, ya que se pueden encontrar restaurantes en Estados Unidos, Europa y Asia con la misma propuesta.