El Centro Histórico de Querétaro es un lugar que, además de contar con enormes atractivos históricos y culturales, tiene una gran variedad de lugares en donde puedes disfrutar de la vida nocturna que la capital queretana ofrece. La vida nocturna comienza desde la tarde y dura hasta la mañana. A todas horas, en las calles del Centro hay jóvenes que pasan de un bar a otro en busca de nuevas experiencias.

No hay que caer en la equivocación de pensar que los bares en el Centro son iguales a todos los demás: una cuba, una cerveza, un mezcal. En los bares del Centro se mueven bebidas mucho más exóticas -en donde entran muchas variaciones de pulque y mezcal. De igual forma, son bebidas muy fuertes.

 Al preguntar en uno de los bares  -cuyo nombre me ahorraré- cuál era su bebida más rara, los que atienden la barra se miraron entre ellos con cara de complicidad. Después uno de ellos nos llevó a la parte de atrás, hasta una puerta que estaba cerrada con una pesada cadena. Con una llave abrió la puerta después de hacernos prometer que no mencionaríamos el nombre del bar.

 Entramos a una oscura pero impecable bodega que tenía varios garrafones en el piso. Levantó dos  que contenían un líquido. En el fondo de los garrafones descansaban dos serpientes. ‘Mezcal de serpiente‘, dijo. ‘Antes se pedía mucho, pero después nos dimos cuenta que era ilegal venderlo porque ya son especies protegidas. Desde entonces no está a la venta a menos de que pregunten específicamente por él. Cuesta 100 la copa.

Después nos enseñó otros garrafones que contenían mezcales variados. De avispa, de araña, y otros animales. Todos los animales estaban en el fondo ‘sazonando’ la bebida. Nos causó especial interés el de avispa. El cantinero nos comentó que se tenía que destilar más de 10 veces para evitar que el veneno haga daño. Dicho esto, nos sirvió una copa a mi compañero y a mí, y nos lo puso muy formal con naranjita y todo. Era más fuerte que un mezcal tradicional, pero tenía un sabor muy rico -con todo y sabiendo que el líquido había sido sazonado por avispas.

Después nos fuimos a la Mezcalería ‘La Perdida’. Está sobre Cinco de Mayo, pero para llegar tienes que entrar al Funky Mama, ir hasta el fondo, subir, cruzar una salita, y bajar de nuevo. El bar es un cuarto de no más de veinte metros cuadrados. Fuimos con el cantinero y repetimos que queríamos la bebida más rara.  El encargado, con una cautela impresionante, preparó una mezcla de algo que no sabíamos que era –al fin es de misterio, no quisimos preguntar. Nota: nos fijamos que todas las botellas que agarrara estuvieran cerradas con sello. Estaban ricos, pero nos sorprendió que fueran un poco fuertes.  Posteriormente, preparó una serie de ‘shots’ llamados ‘arcoirirs‘ que contienen vodka, crema de coco, jugo de naranja, leche y otras cosas. Son 12 caballitos pintados como los colores del arcoiris. Cuesta 200 -o sea, más o menos 16 pesos cada caballito. Aunque no sabían mucho a alcohol, por supuesto que no nos tomamos todos.

Para probar lo más raro del Pulque de la capital queretana, fuimos a la pulquería que está en Pasteur, entre Plaza de Armas y la Congregación. Irónicamente, el pulque que menos se pide ahí es el ‘natural’ (y con razón, ya que aunque está leve, el sabor es para los valientes). Cuesta 15 pesos el individual y 50 el litro.

En esa pulquería hay una variedad enorme de sabores: de fresa, de frambuesa y hasta de Pay de Limón -literalmente viene con trozos de Pay de Limón. El litro cuesta alrededor de 70 pesos. Sin embargo, el trago más raro de dicha pulquería era el PULQUERO: Una mortal combinación de Pulque, Mezcal, chile habanero y mango. Sin embargo, el sabor es riquísimo. 

Es importante recalcar que es necesario -cuando se va de bar en bar- verificar que el lugar está limpio y que todas las bebidas están cerradas antes de que se sirvan. Además, por supuesto, de las precauciones ‘de cajón’ que hay cuando se va a consumir alcohol, como no manejar, conocer tus límites, y saber qué y cuanto tomar.