A lo largo de cuatro años, El M-Bar se ha convertido en el lugar favorito para la fiesta y la diversión, por ello es el antro de moda por excelencia para la vida nocturna en la ciudad.
La celebración por su cuarto aniversario estuvo lleno de glamour y fiesta.
Los clientes asiduos del Moshu, como también se le conoce, desfilaron por una alfombra roja en la que posaron para las cámaras y reflectores.
Al entrar al bar, se acomodaron en las mesas del lugar decoradas con globos morado y amarillo, colores que distinguen al logotipo del M-Bar.
Las tres áreas del establecimiento se poblaron de jóvenes vestidas con outfits cortos, abrigos y zapatillas altas. En caso de los hombres lucieron con prendas más cómodas, en algunos casos con un toque de distinción.
Los beat de la música electrónica entendió la noche y provocó que los asistentes se divirtieran en grande con el baile y brindaron con la variedad de cócteles que ofrece el lugar.
En punto de la media noche, se encendieron las velas del enorme pastel con la M en medio, luego sonaron Las mañanitas de Vicente Fernández.
En medio de una ola de aplausos, los dueños del M-Bar, Marcelo Windler y Esperanza Muñoz, partieron el pastel.
Ni la lluvia ni el frío hicieron que se enfriara la noche, donde algunos se dedicaron a conquistar y otros a compartir momentos en pareja o entre amigos.
La noche era joven y los clientes se divirtieron como nunca. Además del baile y la música, disfrutaron de charlas amenas.
El cuarto aniversario del M-Bar se postergó hasta entrada la mañana para el gusto del público asistente.