Entre las miles de travesuras que ingenia
Bart Simpson a lo largo de la popular serie “Los Simpsons�, una de las más
conocidas son las llamadas que realiza a Moe Szyslak, propietario de la Taberna
Moe, donde su padre Homero Simpson pasa largas horas.
Una sencilla dinámica ha hecho reÃr por
años a los televidentes.
Todo empieza cuando Bart levanta el
teléfono y llama a la Taberna. Al contestar Moe el pequeño travieso le pregunta
por ejemplo si está Al. Rápidamente Moe pregunta entre los presentes ¿se
encuentra Al? Al nadie responder Bart añade es de apellido Cólico. Entonces Moe
repite ¿Al Cólico? ¿Alguno de ustedes es Al Cólico?
De esa manera ha ocurrido con otros “nombres�
como Pepe Roni y Sal Ammy.
Pero Moe no salió de la imaginación de
Matt Groening, creador de Los Simpsons. Resulta que su creación fue una manera
de rendirle tributo a la era en que creció.
En un área residencial de Nueva Jersey
existe una barra llamada Tube Bar. En la década de los 70 unos jóvenes llamados
John Elmo y Jim Davidson, se entretenÃan llamando al mesero, quien por años fue
vÃctima de sus bromas.
En ese bar Groening encontró más
inspiración a la hora de darle vida a Moe. Resulta que su dueño, Louis “Red�
Deutsch, era un exboxeador de origen ucraniano, al igual que Moe.
El hombre compitió en la categorÃa de
pesos pesados y luego de varias derrotas decidió abrir la tasca, en la que desde
que abrió en 1933 y hasta los años 70 solo habÃa un baño para caballeros.
Asà ocurre en la Taberna de Moe, pues éste
convierte el baño de damas en su oficina en donde mantiene sus recuerdos como
boxeador.
Groening conoció estos detalles, al igual
de muchos chicos de su generación, gracias a las grabaciones que realizaron
Elmo y Davidson, quienes se encargaron de difundirlas.
De hecho, las cintas se hicieron tan
famosas que casas discográficas de Nueva York se encargaron de comercializarlas
hasta que los jóvenes reclamaron los derechos de autor bajo el nombre de los
Bum Bar Bastards.
De esa manera Springfield, mantiene un
poco de la historia de las travesuras reales de una generación.