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El profesor universitario, de 32 años, apuñalado por la espalda, luego de lanzar un silbido para piropear a dos mujeres en la calle de la Amargura, San Pedro de Montes de Oca, afirma que su acción “no daba para tanto”.
Para el hombre, de apellido Gómez, no les faltó el respeto.
“Pasaron las muchachas con un muchacho y yo les silbé. Yo estaba con unos amigos y les silbamos, pero no les dijimos nada. Unos minutos después, el chavalo se devolvió con tres maes a pelear. Yo intenté capearme los golpes. En eso sentí donde me pegaron por un costado y ya tenía sangre.
”Yo me aparto porque el asunto era sobre mí, ellos no le prestaron mucho cuidado a mis amigos, y se vinieron sobre mí. Puede ser una imprudencia, pero mi intención no fue faltarle el respeto a las mujeres, tengo estudiantes, sé como tratarlas. Fue un asunto de un instante y me parece que no era para llegar a tanto. No hubo falta de respeto de ningún tipo”, asegura.
La acción se produjo el domingo, hacia las 12:30 a. m., en las inmediaciones de un bar cercano a la línea del tren.
Gómez dice que él puede reconocer al sujeto, quien le propinó la puñalada. “Lo he visto habitualmente en San Pedro, en la seguridad de un bar”, detalla.
En segundos. Hasta este lunes, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) no había identificado a los agresores ni a las mujeres.
Para el profesor, todo ocurrió en segundos.
“Fue una situación que se dio demasiado rápido, cuando me di cuenta, yo iba caminando herido buscando ayuda. Mis amigos se zafaron del conflicto, dos se fueron y uno se fue buscándome a mí hasta donde estaba en la fuente de la Hispanidad”, manifestó.
El educador contó que pidió ayuda a unos taxistas en el parque de San Pedro, pero no le hicieron caso, por lo que corrió hacia la fuente de la Hispanidad, por temor a que lo estuvieran persiguiendo, donde lo auxilió una ambulancia que él llamó.
Gómez añadió: “Nosotros estábamos en la acera, pero en realidad veníamos de la casa de un amigo. No veníamos de un bar, solo pasamos a saludar un momento a un amigo en uno. Ya yo estoy bien; la costilla detuvo la puñalada y no me tocó ningún órgano, pero me dijeron que por centímetros pude haber muerto”.