Los bomberos del parque local vivieron en la madrugada del martes al miércoles una auténtica pesadilla a causa de varios ataques que se sucedieron a establecimientos hosteleros.

El primer aviso se recibía hacia las dos de la madrugada por un contenedor ardiendo junto a la céntrica plaza de La Herrería, un fuego que no pasó a mayores pero que pudo haber afectado al restaurante Los Portales, junto al cual se situó el contenedor en llamas. Tras esta primera salida de los bomberos, que permanecieron en la zona unos 25 minutos, la siguiente alarma se registraba a las cinco y cuarto de la madrugada en la calle Valdés, en el establecimiento Los Soportales, donde salió ardiendo todo el mobiliario de la terraza, compuesto por nueve mesas y unas cuarenta sillas, todas de plástico. En este caso el mobiliario estaba amarrado con una cadena a uno de los pilares de la fachada y fue la alarma del establecimiento la que alertó tanto a los propietarios como a los cuerpos de seguridad. Incluso el cercano seto de la zona ajardinada estaba ayer chamuscado. Aunque no se llegó a presentar denuncia ante la Policía, también hubo otro intento de ataque en el cercano bar El Paseíllo hacia las cuatro de la madrugada, aunque en este caso el incendio de cinco sillas que se encontraban apiladas en la calle no llegó a prosperar, quizás por el fuerte viento de Levante que soplaba esa noche. Sí se localizó junto a dicho mobiliario, por parte del dueño cuando llegó a primera hora de la mañana, varios papeles húmedos con los que el autor o autores podrían haber tratado de iniciar las llamas, aunque finalmente no lo consiguieron.

Pero sin duda quien peor parado salió de esta accidentada noche fue el bar La Ronda, ubicado en la calle Fernando Villalón y cuyos propietarios no daban en la mañana de ayer crédito a lo ocurrido.

El matrimonio formado por Francisco Jesús Ariza y su esposa, que regentan el bar desde hace 25 años, no podía ocultar ayer su abatimiento por este inútil destrozo, sobre todo al saber que los daños les impedirán abrir el bar al menos durante las próximas dos semanas.

En este caso, además, las llamas pudieron haber provocado una tragedia ya que el bar se encuentra rodeado de viviendas y fueron precisamente los vecinos los que llamaron pasadas las seis y media de la mañana a los bomberos, alertando del incendio.

La terraza del bar quedó totalmente calcinada, ya que ardió el toldo del establecimiento, varios aparatos de aire acondicionado, las luminarias y varias piezas de mobiliario de plástico cuyos restos eran ayer bien visibles.

Afortunadamente la terraza del bar está cubierta por una resistente chapa de hierro que evitó que las llamas se propagaran hacia las viviendas más cercanas, aunque la concentración del calor hizo estallar los cristales del local y reventó las tuberías. Incluso las llamas afectaron parcialmente al interior del local, a través de las ventanas, alcanzando a las cortinas.

La Policía Nacional baraja varias hipótesis y trabaja en el esclarecimiento de los hechos, aunque de momento no se ha determinado si los hechos pueden atribuirse a un único autor o a varias personas.