“Solicitamos meseras delgadas, guapas, con actitud de servicio y disponibilidad de tiempo…”, dice un anuncio publicado en internet, en una bolsa de empleo de Mérida.
“Solicito meseras para bar, * mayor de 18 años * buena presentación * actitud de servicio * experiencia no indispensable * sueldo más propinas…”, ofrece otro.
“Solicito mesera para bar o persona sólo para fichar”, indica uno más.
Esos anuncios, que hasta anoche se podían ver en la red incluso con el contacto telefónico, son reflejo del creciente empleo de mujeres en bares y cantinas como una forma de atraer más clientela masculina.
Y de paso, esa tendencia alimenta una variante de la prostitución en establecimientos de poca monta.
Con su modalidad de meseras, que nació hace varios años, cantinuchas del primer cuadro de la ciudad son la expresión más elocuente de ese problema, que se suma a otras manchas del Centro Histórico que ya hemos abordado en estas páginas.
La prostitución no es exclusiva de los corredores del sexo a los que nos referimos ayer, aunque en esos sitios es más evidente por su exposición callejera.
Convivencia
En recorridos de nuestros reporteros se constató que el contacto de meseras y parroquianos es común en pequeños bares de la zona de los mercados Lucas de Gálvez y San Benito y en otros que se van alejando de esos sitios, como la 56 entre 61 y 65, la zona de Mejorada y puntos cercanos al Parque del Centenario.
Además de las propinas que reciben, muchas mujeres llegan a acuerdos con sus clientes para “servicios” fuera de los establecimientos una vez que éstos cierran sus puertas.
En algunos de esos bares no sólo hay meseras sino también “ficheras”, que reciben una “comisión” por cada bebida que consumen durante el tiempo que acompañan al parroquiano.
Del otro bando
Hay negocios que tienen licencia de “restaurante bar” y aprovechan esa condición para cerrar cerca de la medianoche, cuando la vida comercial a la redonda está totalmente “muerta”.
De miércoles a domingo, en la calle 56 entre 53 y 55, de 9 p.m. a 3 a.m. funciona un bar gay donde se ofrecen espectáculos de “estrípers”
¿Cuántas son?
Cálculos de investigadores del tema ubican en cerca de 2,000 el número de personas de uno y otro sexo que se dedican a la prostitución en Mérida, sin tomar en cuenta la clase “VIP” o “de lujo” que opera por internet. De ellas, unas 200 ofrecen sus servicios en los corredores que describimos ayer y otro número similar se desempeña como meseras y “ficheras” en cantinas de baja categoría del primer cuadro.
Con clientes alcoholizados, estos negocios son con frecuencia escenario de pleitos, muchas veces con meseras involucradas, que ameritan la intervención de agentes de la policía.
Sin aparentes redes
A diferencia de lo que ocurre en centros nocturnos y otros tipos de prostíbulos con servicio “plus”, la actividad de meseras y prostitutas en el primer cuadro no tiene aparente vínculo con redes de trata de alto nivel.
De acuerdo con sus testimonios, las falenas que ejercen su oficio en los corredores de las calles 58 y 69 van a esos sitios por su cuenta. Lo mismo ocurre con las meseras y “ficheras”. Sólo hay algunos casos de quienes son llevadas y obligadas a trabajar por sus parejas.
En su mayoría, las hetairas tienen a algún proxeneta a su lado, quienes acaparan buena parte de sus ingresos. A estos proxenetas, que no tienen relación entre sí y tampoco parecen estar relacionados con alguna mafia, se suman los cobradores de cuotas por “servicios”.
Aunque muchos fingen no verla y unos más la satanizan, la prostitución que se palpa en el centro de Mérida no es más que otro recordatorio de las desigualdades sociales. Con baja o nula escolaridad, las mujeres que la practican tienen su origen en la pobreza, un fenómeno que está presente en más del 45% de los yucatecos, según la más reciente medición del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
En sólo dos años aumentó de 150 a 200 personas el número de quienes se prostituyen en los corredores ya señalados, lo cual es un indicador de la demanda.— ÁNGEL NOH ESTRADA
Demanda Mérida
La prostitución creció en forma significativa en los últimos años en el primer cuadro.
Demanda y oferta
Cuando se aborda ese tema por lo general se habla mucho de la oferta, pero se omite la demanda. Mujeres que ejercen la prostitución en los corredores de las calles 58 entre 71 y 73, y 69 entre 50 y 54 afirman que en jornadas consideradas “buenas” para ellas ofrecen hasta 20 o más servicios.
Tres turnos
Otro indicador de la demanda es que las sexoservidoras de esa zona se dividen en tres turnos para cubrir las 24 horas. Hay que considerar también que se practica la prostitución en otros puntos callejeros, en centros nocturnos y en establecimientos “VIP”.