J. Frau

El ayuntamiento de Pollença ha sido beneficiario directo del testamento de Catalina Martí Adrover, una ´pollencina´ fallecida en enero de 2008 que dejó escrito expresamente que un local de su propiedad, el Bar Katy, pasase a ser del pueblo de Pollença después de su fallecimiento con el requisito de que fuese la sede de una fundación, sin especificar la finalidad de la misma.

El Bar Katy se encuentra en la planta baja de un edificio ubicado en primera línea del Port de Pollença, concretamente en el número 65 del Passeig Voramar, y que conecta con la calle posterior, la vía Pescador. Es un local comercial con una superficie de 138 metros cuadrados que incluye un patio de 18 metros. La finca está valorada en 507.000 euros.

El alcalde de Pollença, Tomeu Cifre (PP), firmó ayer mismo ante notario la entrega del legado que Catalina Martí dejó plasmado por escrito en su testamento.

Según explicó ayer el Consistorio ´pollencí´, los herederos de la propietaria del local comercial “han interpretado el testamento hológrafo de Catalina Martí en el sentido de que el Bar Katy debía pasar a manos del pueblo de Pollença”.

El Consistorio se ha comprometido a cumplir el deseo de la propietaria y destinar el inmueble a una fundación. “Ahora tendremos que estudiar qué salida damos al local, siempre teniendo en cuenta la voluntad de la propietaria y los beneficios que puede aportar a los vecinos”, apuntó el alcalde, que quiso agradecer el legado recibido.

El edil añadió que citará al resto de partidos con representación municipal para buscar el “máximo consenso” a la hora de ofrecer al pueblo de Pollença “la mejor propuesta”.

Al parecer, la cesión del Bar Katy al Ayuntamiento se había ido retrasando durante varios años debido a que uno de los herederos de Catalina Martí murió sin haber dejado ninguna disposición testamentaria ni ningún acto de última voluntad. “Por este motivo, antes de formalizar esta herencia tuvieron que entenderse entre ellos los herederos de esta parte”, concluyó el consistorio de Pollença.