Pese a que las autoridades estatales y municipales niegan la presencia del crimen organizado en Puebla, el Ejército Mexicano realiza constantes recorridos sobre la avenida Juárez desde el pasado viernes, luego de la balacera en el bar La Patrona.
A partir del viernes, se dispuso una fuerte vigilancia de elementos de seguridad pública y militares en esa zona. De igual forma, el establecimiento, ubicado en esa vialidad y la 23 Poniente, se encuentra asegurado para las indagatorias de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) y es custodiado por policías municipales.
No obstante, a pesar de la seguridad y los operativos coordinados entre los tres niveles de gobierno, los responsables que cometieron el ataque todavía no son detenidos.
Hasta el momento, la Secretaría de Seguridad Pública del estado (SSP) y la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal (SSPTM) no han explicado por qué permitieron la huida de los agresores cuando hay presencia policiaca y videocámaras del Centro de Emergencias y Respuesta Inmediata (CERI) en toda la ciudad, las cuales —después del ataque— pudieron haber seguido el rumbo de los delincuentes para facilitar su captura.
El pasado viernes, el edil Eduardo Pérez Rivera destacó que la Policía Municipal intervino rápidamente en el lugar del suceso, gracias a las cámaras de viodeovigilancia en la capital, hecho que, según él, permitió la detención de integrantes de la banda La Reyna que tocaban en el lugar, y de los cuales uno resultó lesionado.
Sin embargo, ninguno de ellos fue detenido. Los músicos solamente fueron presentados ante el Ministerio Público para rendir su declaración.
PGJ no dará información
Por su parte, la PGJ no proporcionará más información respecto a lo sucedido, pues, de acuerdo con Alejandro Flores, jefe de prensa de la dependencia, el viernes ya dio a conocer a la ciudadanía su “posicionamiento” oficial a través de un comunicado de prensa, en el cual sólo difundió datos preliminares que no aportaron nada nuevo y que tampoco precisaron cuántos sujetos participaron en la agresión, el posible móvil y el tipo las armas utilizadas (que según los policías que acudieron al auxilio fueron AK-47 y R-15).
Además, en el boletín no menciona si, entre las líneas de investigación, se contempla la hipótesis de que los hechos fueron perpetrados por el crimen organizado.