Residentes de la ciudad de Brookhaven dicen estar cansados del ruido que cada noche proviene del bar y restaurante Confesti’s, en Buford Highway.
Los vecinos también se quejan de que algunos clientes se ponen a hablar y ponen los equipos de sonido de sus carros a alto volumen en el estacionamiento del club.
El dueño del restaurante, Carlos Torres, dice que el club no es el problema sino el hecho de que sea un establecimiento hispano. “Creo que somos un objetivo”, agregó.
Torres aseguró estar consciente de las quejas que los vecinos tienen sobre el restaurante, que se convierte en bar por la noche.
“A veces, es más, creo que es así y es triste decirlo, pero las quejas vienen por el hecho de que seamos de la comunidad latina. Creo que tiene algo que ver con eso”, declaró.
La policía de Brookhaven informó que trabaja para garantizar que los residentes de la zona no sientan molestias y que el negocio también siga abierto.
Torres dijo que últimamente han tenido problemas con la ciudad de Brookhaven. Al final de 2013, la licencia para vender licores le fue suspendida, aunque el dueño apeló la suspension.
“Se puede decir que no quieren colaborar con nosotros”, opinó. Torres agregó que su negocio tiene el mismo abogado que ayudó al famoso local Pink Pony a seguir abierto al público.
Pese a que Torres dijo que su club sigue las ordenanzas municipales, una vecina, que prefirió no dar su nombre, asegura que es tanto el ruido que se genera en el lugar que cree que las normas de la ciudad no son cumplidas.
Pero la policía de Brookhaven agregó que el problema es que quienes denuncian son anónimos, y eso no ayuda a esclarecer el caso.