Si a un buen conocedor de Crdoba le hablan de Rafael Carrasco Roldn puede que as, de momento, no caiga. Pero si le preguntan por Carrasqun la cosa cambia. Quin no conoce el pequeo bar de la calle Mlaga, junto a Las Tendillas, donde ponen una de las mejores cervezas de Crdoba y que lleva ah toda la vida? Pues Rafael Carrasco, Carrasqun, propietario del bar del mismo nombre, anda por estas fechas como un escolar al que le dan las vacaciones. Despus de pasar casi 50 aos trabajando, 42 de ellos en su propio negocio, Carrasqun acaba de jubilarse, pero el bar sigue abierto.
–Usted proviene de una familia dedicada a la hostelera.
–Por las dos ramas. Mi padre, Mariano Carrasco, y mi abuelo, Juan Carrasco, del bar El Correo (que ahora regenta su primo). Y por los Roldn, que son varias generaciones de panaderos, procedemos del horno de El Brillante, el Horno de la Cruz, la Golondrina y El Motor de Villafranca.
–Tuvo que empezar a trabajar muy joven, al fallecer su padre en el accidente del 26 de abril de 1964, cuando el autobs que iba camino del estadio de ftbol cay al ro.
–Entonces tena 16 aos. A mi madre le qued muy poca pensin, as que empec a trabajar en el bar Correo. Pero mi abuelo, que era mi tutor, decidi enviarme a Palma de Mallorca, a trabajar y a aprender hostelera. Luego hice la mili.
–Y despus fund Carrasqun.
–Esto era el almacn del bar Correo, donde estaban las botas de vino, y aqu celebraba mi abuelo reuniones privadas, pero era eso, un almacn. Yo lo reform. Mi abuelo me aval las letras que firm y las fui pagando todas.
–Sigui ms o menos el modelo del otro negocio familiar, con la cerveza, vino y conservas.
–S, segu ese modelo, con las conservas y otras cosillas que yo fui incorporando, como las tortillas y las ensaladillas. Desde el principio puse caf y desayunos. Sobre las conservas te dir que siempre han sido de calidad, siempre he trabajado con buenas casas. Con el tiempo la relacin comercial se hace tambin muy estrecha. Por ejemplo, a m me llaman todos los aos de la casa Escurris para preguntarme cmo quiero las latas, en tamao, en producto, y me las envasan segn se las pido.
–Tambin ha cuidado mucho el vino, las famosas botas que tiene en la trastienda.
–Las botas de vino tienen ms de 80 aos. Me las ha cuidado siempre Rafael Pozo, que en paz descanse, y ahora su hijo. Hay cuatro de Sanlcar de Barrameda, y las dems son de Moriles.
–Es verdad, que Sanlcar es su segunda patria?
–Mucha gente se cree que somos de all. Cuando vamos siempre nos sentamos en la mesa nmero 3 de la taberna La Habana, que es donde mi abuelo se sentaba.
–Y siempre ha tenido dos empleados-
-S, y muy estables. Yo creo que no he tenido ms de cuatro o cinco empleados en toda la vida. Nicols Villarrubia, que falleci tan joven el ao pasado, haba estado 35 aos conmigo, era para mi como de la familia, sentimos mucha pena cuando falleci. Y Pedro Zafra, que se queda con el negocio y mantiene el nombre del bar. Lo mo, lo de mantener la antigedad de los empleados, ya no existe en la hostelera. Ahora contratan a la gente por unas horas, trabaje lo que trabaje. En Crdoba la hostelera est ahora tirada por los suelos. Cuando hablo con compaeros mos, que quedamos ya muy poquitos en Crdoba que amen la hostelera de corazn, coincidimos en que Crdoba es una ciudad sin ley en cuanto a que se tiran los precios por los suelos. Cmo se puede cobrar 40 cntimos por una cerveza en la calle de la Plata?
–Pero cuando se produjo el cambio al euro las subidas de precios fueron salvajes. Lo de ahora podemos entenderlo como una reaccin a la desesperada ante la crisis econmica.
–Lo del euro es verdad, para qu lo vamos a negar. Pero a lo que me refiero es a que ahora una persona se queda en el paro y pone un bar. Todo el mundo se dedica a la hostelera, cuando la hostelera exige mucha profesionalidad, y eso se est perdiendo.
–Por cierto, cmo ha afrontado la crisis?
–He pasado tres crisis econmicas, la de los aos 70 y 90 y la de ahora. La actual est siendo muy dura. Pero lo que ms dao me ha hecho ltimamente ha sido que la calle Mlaga haya estado de obras durante un ao, cuando el Ayuntamiento dijo que su remodelacin iba a durar cuatro meses.
–Vamos a hablar de sus clientes. Si por algo es famoso el bar Carrasqun es por las tertulias que ha reunido.
–Lo primero que quiero decir es que mis clientes han sido como mi familia; son lo mejor que he tenido en mi trabajo. Por mi casa han pasado y pasan desde agricultores hasta gente de la Real Academia, empresarios, polticos del PP, del PSOE, del PA y de IU, abogados, jueces, fiscales, registradores, periodistas, comerciales… Ahora he notado que empiezan a venir ms los jvenes. Parece que se vuelve a recuperar la cultura del vino.
–Habr odo de todo.
–Lo bonito es que los clientes se desahogan contigo, te cuentan sus cosas. As que (y se re con la broma), figrate, los tengo a todos asustados cuando les digo: “Estoy escribiendo un libro, y t sales-“. (Ya en serio) He tenido muy buenos clientes, gente muy buena.
–Seguro que podra escribir un libro, o dos.
–Es verdad que la gente se desahoga de sus problemas y cuenta sus cosas, tanto personales como generales, y s, algunas veces me he callado cosas muy gordas, pero esa es mi obligacin: ver, or y callar.
–Y negocios. Porque en la barra y en las mesas se han hecho muchos tratos.
–Yo he visto hacer aqu montones de negocios. Recuerdo que un empleado de una notara se vea con sus clientes y les venda sobre plano. Un da, cuando se march su cliente, me dijo que se haba ganado cinco millones de pesetas. Y pens: Pues no tengo yo que vender latas de mejillones para ganar cinco millones!
–Y cmo ve Crdoba, desde el punto de vista del movimiento econmico?
–Pues somos muy cerrados, no gastamos nada, no hay alegra, todo es guardar. La ciudad solo tiene servicios, hay muy poca iniciativa y por eso el 90% de los negocios que se crean son de hostelera.
–Este es de los pocos bares de Crdoba en los que a primera hora de la maana se ha podido desayunar escuchando msica clsica. Cmo surgi esa aficin?
–Pues me vino de mi suegro (el abogado Enrique Pleguezuelo, ya fallecido), porque la primera vez que fui a su casa tena puesta Carmina Burana , all siempre sonaba msica clsica de fondo. Y me aficion. En el bar mi emi–