Once personas, varias de ellas empleadas del bar Emperatriz, fueron detenidas por la Policía Naval y remitidas a la Agencia del Ministerio Público Investigador acusadas de haber tenido privado de la libertad a un ciudadano que estaba encerrado en una habitación con una herida en la cabeza.
Los detenidos se negaban a permitir el acceso a la Policía Naval, tratando de borrar las manchas de sangre que había dejado el herido y engañarlos diciendo que la víctima estaba durmiendo y no quería que lo molestaran.
Los detenidos son las meseras Zoila Elena Guzmán Ramírez, de 21 años de edad, Yanira González Mayo, de 25 años, el mecánico de motos Adolfo Alberto López Morales, de 18, el mesero Carlos Uriel Bibiano Rodríguez, de 20, los albañiles Luis Ricardo Flores Bustos y José González Espronceda de 23 y 33 años, respectivamente, Ángel de Jesús Cobos, de 25 años, de ocupación mesero; María Isabel Martínez Torres, de 26 años, dueña del bar Emperatriz; María Guadalupe Cárdenas Cosme, de 20 años, recepcionista de hotel; Mirna Esperanza García García, empleada del bar y María Sánchez López, de 49 años, encargada del mismo negocio.
La víctima es César Alejandro Arellano García, de 29 años de edad, quien según su primo Hernán López Muñoz, durante la madrugada estuvo tomando junto con él en el interior del antro, ubicado en la calle Miguel Alemán, en un anexo al bar El Emperador I; pero él salió antes de los hechos y cerca de las 8 de la mañana, el agraviado le llamó por teléfono que un grupo de personas no lo dejaban salir del bar, entre ellos, los empleados del mismo, por lo que pedía su ayuda.
Así, Hernán López pidió el apoyo a la Policía Naval cuyos elementos acudieron al sitio y encontraron el lugar con la puerta de acceso cerrada. Tras varios minutos de estar tocando, al lugar llegaría la propietaria, María Isabel Martínez, para saber por qué estaban los gendarmes, a lo que le explicaron el motivo y fue entonces que ésta les abrió con una llave desde el exterior.
Al ingresar, los policías encontraron a las 11 personas tratando de lavar manchas de sangre que había en distintos puntos, por lo que preguntaron si en ese sitio estaba una persona herida, dijeron que no, por lo que los navales empezaron a revisar el lugar, encontrando en una habitación a César Alejandro Arellano, cubierto con varias cobijas, semidesnudo y en medio de un charco de sangre. Antes, las meseras le dijeron a los gendarmes que era un cliente que estaba durmiendo y no quería que lo molestaran.
El herido fue trasladado a una clínica por parte de la Cruz Roja local y las 11 personas mencionadas, detenidas para la responsabilidad que les resulte.
Hernán López Muñoz señaló que el herido tampoco tenía 36 mil pesos que debía tener ya que minutos antes de dejarlo solo, los traía, por lo que se presume que pudiera haber sido herido para robarle el dinero.