Que beber también es un arte es una verdad inmutable que en Londres saben -y practican- a la perfección. Sus noches son de las más animadas del planeta, y entre las muchas tradiciones arraigadas de la ciudad está la del disfrutar de los cócteles desde que, allá por la década prodigiosa de los ‘locos años veinte’ del siglo pasado, y al calor de la Ley Seca que imperaba al otro lado del Atlántico y que dejó sin empleo a miles de camareros, los americanos inocularan en los londinenses la afición a trasegar combinados.
Desde entonces, los mejores bartenders del mundo tienen en la capital británica su meca, en la que se encuentran, también, las mejores coctelerías, aptas para todos los gustos y presupuestos, y se han convertido en una de las maneras más cool de disfrutar del ocio nocturno y que conseguirán que, tras visitar las cinco direcciones que te proponemos, no mires a tu gin-tonic de los viernes de la misma manera…
HAWKMOOR
La cadena de restaurantes Hawkmoor no solo presume -con razón- de servir la mejor carne de toda Inglaterra (algo que se nota, además, en la dificultad para conseguir mesa en cualquiera de sus restaurantes), sino también de servir algunos de los mejores cócteles de la ciudad. En el Spitalfields Bar (en los bajos del Hawkmoor de Spitalfields), una maravilla art decó donde refugiarse cualquier tarde de otoño y donde a cualquiera se le olvidará mirar el reloj, la carta fija de cócteles se enriquece cada mes con los Desert Island Drinks, una selección de cinco tragos a cargo de uno de los camareros del Hawksmoor, con un precio cerrado (un cóctel y un sandwich, 15 libras). Ahora es el turno de un bartender español, Jonny Muñoz Iniesta, que se marca cinco cócteles entre los que nos quedamos con el Diego Crusta (tequila, Yellow Chartreuse, Maraschino y Lima).
Dónde: 157b Commercial Street, en Spitalfields.
Qué pedir: cualquiera de los cinco cócteles de la selección mensual Desert Island Drinks.
CALLOOH CALLAY
Shoredicth, en el East End, lleva unos años en lo alto de las preferencias de los londinenses para salir por la noche, y locales como este Callooh Callay, muy popular, y que no se cansa de recibir premios que le distinguen como una de las mejores coctelerías del mundo, es una de sus buenas razones. La decoración es tan excéntrica como apropiada -cortinajes espesos, retratos victorianos y espejos-, y se accede al salón trasero a través de un marco de armario en la barra de la parte delantera del bar… Todo ideal para desgustar algunos de los cócteles más innovadores de Londres: eso son el Quinston Churchill, el Spruce Willis o el Rye Me to the Moon. Y si necesitas que reposen con el estómago lleno, dale a las hamburguesas eco o a las aceitunas sicilianas.
Dónde: en 65 Rivington Street
Qué pedir: siempre lo que pediría John Mclane: en este caso, un Spruce Willis (Vodka One Ketel, Aperol, amontillado, picea y limón con soda).
NIGHTJAR
Uno pasea por City Road con el nombre del bar apuntado en un papel y pasa una, dos y tres veces por su puerta sin encontrarlo. Normal: solo una ínfima placa de metal indica que ahí, tras esa puerta de madera desgastada que abre un portero tras haber mirado por la mirilla, está la coctelería londinense de moda ahora mismo, con una carta amplísima que recoge desde cócteles propios a tragos del siglo XVII. El Nightjar es un local de ambiente speakeasy donde, al ritmo del easy jazz que viene del piano del fondo del local, compartir (los hay para dos) maravillas como el Smokey Joe, acompañados de futbolistas de la Premier League, potentados del Este y estrellas de la televisión británica (pero, ojo: no está permitido hacer fotografías, así que nada de selfies con Russell Brand).
Dónde: 129 City Road.
Qué pedir: un Royal Dynasty (tequila reposado, Umeshu envejecido, zumo de longan, mermelada de melocotón y sake espumoso).
AMERICAN BAR AT THE SAVOY
El American Bar del Savoy es, probablemente, el bar de hotel más famoso del mundo; incluso Ella Fitzgerald le dedicó una canción. Este legendario hotel de lujo del Strand es desde siempre el punto de encuentro obligado para el show-biz que pasa por Londres, y el American Bar, donde se elaboraron los primeros cócteles de la ciudad: Perter O’Toole, Richard Burton o grandes de la moda fueron sus parroquianos. Aquí se sigue ofreciendo a los afortunados que lo visitan (no se aceptan reservas, así que las colas para entrar al bar son norma habitual) los cócteles del legendario Libro de Cócteles del Savoy, escrito por el camarero jefe del bar en los años treinta del siglo pasado, y que se considera la Biblia de los bartenders.
Dónde: en el hotel Savoy, The Strand.
Qué pedir: el Hanky Panky, desde luego (vermut, ginebra y fernet Branca)
CHINA TANG BAR
Terminar el paseo por Mayfair en el Dorchester -uno de los hoteles más señoriales de la ciudad- y pasar al bar del China Tang, su restaurante oriental, a hacer tiempo hasta la comida con uno de sus cócteles, bien, es algo que reconcilia a cualquier con la Humanidad. El bar evoca la idea romántica de cómo eran los locales de ocio en el Shanghai art decó de antes de la revolución de 1930: paneles de seda pintados a mano, maderas, algo de dorado y un servicio atento a cualquier detalle y muy didáctico ante el visitante: lo más recomendable es escoger el licor que más nos guste como base y, tras unas cuantas preguntas, el bartender nos hará un cóctel a medida… ¡Salud!
Dónde: The Dorchester Hotel, 53 Park Lane.
Qué pedir: el Marks in Black (bourbon Maker’s Mark, sambuca negra, zumo de lima, menta, sirope y soda)
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