Desde Río Gallegos
“Néstor marcó mi vida para siempre”, dijo Daniel Scioli en su primera visita a Santa Cruz como candidato presidencial. De cerca lo observaba Máximo Kirchner, que por primera vez compartió un escenario con la fórmula presidencial del Frente para la Victoria. Aunque la inauguración del bar temático NK-Ateneo no se trató de la presentación oficial de la candidatura del conductor de La Cámpora, eso no disminuyó el entusiasmo de la militancia kirchnerista que copó el local; el hijo de los últimos dos presidentes, sin embargo, no hizo uso de la palabra. Quienes sí hablaron, por segunda vez en tándem, fueron Scioli y Carlos Zannini, que volvieron a mostrarse juntos en campaña. El secretario de Legal y Técnica, de local, dio el discurso más extenso de la noche: “Néstor tenía la cualidad de unir lo diferente. Nosotros venimos de distintos lugares y de distintas experiencias y estamos juntos por él”.
La noche fue larga y terminó tarde: además de la fórmula presidencial, hablaron Stella García, referente de la Unidad Básica Los Muchachos Peronistas (el kilómetro cero del kirchnerismo), y la ministra de Desarrollo, Alicia Kirchner, candidata a gobernadora de Santa Cruz por el Frente para la Victoria. Su presencia causó el único cortocircuito de la jornada: la ausencia del actual mandatario provincial, Daniel Peralta, que busca su reelección. La comitiva llegó de Buenos Aires un poco después de las nueve y el encuentro se estiró casi hasta medianoche. En el momento cúlmine, Scioli dijo que Cristina Fernández de Kirchner “está generando las condiciones para llevar este proyecto a la victoria” en las elecciones de octubre y prometió que se iba a “romper el alma” para “honrar esta decisión de la Presidenta”.
Máximo Kirchner, sin hablar, fue el gran protagonista de la jornada y todas las miradas estaban puestas en el flamante candidato a diputado. “Aprendí a respetarte, a quererte, a comprenderte –le dijo Scioli–. Estoy seguro de que el pueblo santacruceño tiene la confianza de que, como hizo tu padre, no vas a dejar tus convicciones en la puerta del Congreso.” Zannini, antes, había destacado que el líder de La Cámpora habría podido ser candidato en la provincia de Buenos Aires “y sumar millones de votos” al Frente para la Victoria pero “eligió ser fiel a Santa Cruz”, el distrito donde nació, creció y vive. “No vine al lanzamiento de Máximo, vine a homenajear a mi amigo”, había comenzado, en referencia a la inauguración del café cultural que honra a Néstor Kirchner.
El lugar fue bautizado NK-Ateneo. Cualquier semejanza con el nombre de un teatro porteño es pura coincidencia; ese título es un homenaje al “Ateneo Juan Perón”, o “ateneo” a secas, el espacio que fundó Néstor Kirchner en 1981 y desde donde construyó su carrera política. Además de Lupín y de Cristina, formaba parte de ese grupo fundacional uno de los hombres de más confianza del entonces futuro presidente, Rudy Ulloa, que fue quien cedió el espacio donde se construyó el café temático. Antes funcionaba allí la redacción del Periódico Austral, un diario comandado por él que cerró sus puertas hace tres años, aunque el cartel ubicado sobre la fachada aún no se dio por enterado.
El acceso al bar es por un costado del edificio y se ingresa a través de una galería donde recibe una réplica de la estatua en tamaño real de Kirchner, esculpida por el escultor Gerónimo Villalba para las ceremonias del primer aniversario de la muerte del ex presidente. Una tercera copia de esa figura, que muestra a Kirchner con el saco abierto y dando un paso hacia delante, con el brazo derecho en alto y el pulgar hacia arriba, fue donada por el gobierno argentino a la Unasur para que adorne el ingreso a la sede que el organismo regional tiene en las afueras de Quito, Ecuador.
Una vez adentro, uno encuentra lo que espera encontrar en un bar temático: memorabilia, objetos personales, muchas fotografías de Néstor Kirchner en distintos momentos de su vida, particularmente de su etapa patagónica. También se ven retratos de unos jóvenes Julio De Vido, Zannini, Alicia Kirchner y CFK, entre otros dirigentes que formaron parte del kirchnerismo desde un primer momento. Varias vitrinas y estanterías alojan libros que pertenecieron a la biblioteca personal del ex presidente.
Están las camperas que el homenajeado usó en cada una de las elecciones que disputó en esta provincia, hay cuadros que en otros tiempos adornaron su despacho, carteles y recuerdos de campañas pasadas, la de 1987 que le dio la intendencia de Río Gallegos y las tres veces que fue electo gobernador, en 1991, 1995 y 1999. Llama la atención una antigua máquina de escribir, porque Kirchner prefería la birome y el cuaderno; fue un obsequio de Emilio García Pacheco, su profesor, amigo y consejero. En el primer piso, además de oficinas, hay un estudio de radio y una tienda de souvenires.
“Es un espacio de difusión y debate sobre política, un lugar de reunión para la difusión de la cultura, la historia y la realidad local, provincial, nacional e internacional, un homenaje a ese militante de Río Gallegos que nos devolvió la política como herramienta transformadora de los pueblos en medio del descreimiento social de principios del nuevo milenio”, aseguran los organizadores a través de un texto de presentación del espacio. “Es más que un café temático –completan–. Lo pensamos como un lugar de reflexión, abierto para trabajar en la comunión de voluntades en el camino de lograr una nación con igualdad de oportunidades, con un proyecto político que debemos sostener desde la reunión de los sectores nacionales y populares.”
Además de Scioli y Zannini, también viajaron al sur profundo para ser parte de la ceremonia el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri; la mandataria electa de Tierra del Fuego, Rosana Bertone, y el secretario general de la CGT, Antonio Caló. El titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, y el secretario de Seguridad, Sergio Berni, tuvieron su butaca en el avión. Tampoco faltó el secretario general de la Presidencia, Eduardo De Pedro. Otras figuras fuertes del peronismo santacruceño completaban la asistencia: el vicegobernador Fernando Cotillo, el diputado nacional Mario Metaza, el histórico dirigente José “Pepe” Salvini y el mismo Ulloa, entre otros.
La ciudad que recibió a la fórmula presidencial es una ciudad turbulenta: los municipales llevan más de noventa días de paro en protesta por la negativa del gobierno local de otorgar un 15 por ciento de aumento en recomposición del salario de 2014. El intendente Raúl Cantín, un radical que llegó al poder con el apoyo del kirchnerismo (apoyo que perdió recientemente) es fuertemente cuestionado por todo el arco político. La basura se acumula en calles bacheadas, las veredas están rotas. Hay cortes, con fogatas, en algunas calles del centro; también en la autovía de acceso a la ciudad.
Ayer hubo un fuerte operativo de seguridad para evitar que los manifestantes se cruzaran con militantes peronistas de otras localidades de Santa Cruz que llegaron durante todo el día a la capital provincial, movilizados por los intendentes y sindicatos. Hubo, sin embargo, algunas escaramuzas. Por la capacidad limitada del flamante bar temático, donde no entran más de 300 personas, se instaló un proyector en la vereda, que sobre el acoplado de un camión proyectaba las imágenes de lo que sucedía adentro para los que no pudieron entrar y se quedaron en la calle soportando las temperaturas bajo cero de la noche riogalleguense, batiendo bombos. Tan pronto concluyó el asunto, la helada peregrinación se deshizo rápidamente en busca de la calefaccionada hospitalidad de los micros que los llevarían de regreso a sus hogares.