El hombre que permanecía atrincherado con un arma de fuego durante 20 horas en el bar ‘Maxi 2’, ubicado en una céntrica calle de Zaragoza, se quitó la vida ayer, sobre las seis de la tarde, según confirmó la Jefatura Superior de Policía de Aragón.

Se trata de Luis Pedro R. G., de 63 años, que llevaba confinado desde las once de la noche del lunes en este establecimiento, sin rehenes, al parecer debido a un problema sentimental. Según fuentes próximas al fallecido, el hombre habría prestado hace un año entre 30.000 y 40.000 euros a su expareja para el traspaso del bar, cuando todavía estaban juntos, pero ella habría acabado poco después con la relación.

La zona estuvo acordonada desde la noche del lunes y vecinos y curiosos permanecieron expectantes durante el tiempo que duró el encierro. También estuvieron allí la hermana de Luis, su hijo y su expareja, Fátima, tratando de hacerle desistir de su actitud, junto a un equipo negociador de la Policía.

Alrededor de las seis de la tarde de ayer, agentes del Grupo de Operaciones Especiales de la Policía Nacional accedieron al interior del bar y escucharon detonaciones provenientes del local.

La antigua novia del fallecido y propietaria del bar, Fátima, declaró ayer en una entrevista concedida a Aragón Radio, antes del suicidio, que las causas por las que se habría encerrado no eran económicas, sino que quería «llamar la atención».

Según explicó, el hombre dejó escrito en un papel a la Policía que no quería «nada». Únicamente solicitó que la mujer entrara al bar para poder conversar con ella, a lo que su expareja se mostró dispuesta si él entregaba la pistola que poseía, algo a lo que el fallecido nunca accedió.

Finalmente, tras agotar sin avance alguno las más de veinte horas de negociaciones con los expertos policiales, Luis Pedro R. G. se disparó y acabó con su vida.