Es junio de 2013. Bar del centro, entrevista con Sergio Renán previa al estreno de la obra Incendios. Él habla y yo escucho atento. En verdad, en un momento impreciso dejo de prestarle atención a lo que dice y me dejo llevar por los matices de esa voz gastada y por la variedad de tonos que van acompañados por leves movimientos de las manos de ese señor de inobjetable fina estampa. El efecto es, casi, hipnótico. Lo interrumpo, me excuso, y se lo digo. Es más, le digo que tiene que volver a actuar.
Se queda sorprendido y de la sorpresa pasa a algo parecido a la emoción. Confiesa que hace mucho tiempo, y suena a “demasiado tiempo”, que no se reparaba en él como intérprete. “¿A vos te parece que con esta voz de ladrido puedo actuar?”, se pregunta. Yo, se lo digo con pudor, sostengo que es perfecta para la intimidad de una sala alternativa, para un personaje que “pida” ese tono cargado de vidas.
Escucha con una desmedida atención. “Volver a actuar es lo que más quisiera”, confiesa. Pero cuenta, sin queja, que ni sabría cómo llegar a una sala alternativa y que los directores que suelen trabajar allí no piensan él (“es lógico, a la diferencia generacional habría que sumar que deben pensar que soy caro”). Sin dar vueltas me pide que lo ayude a pensar el qué o el cómo. O simplemente a pensar. La situación me supera. Apenas lo conozco.
Es agosto de 2013. Otro bar del centro, ahora para una entrevista con el actor, director y dramaturgo Alejandro Tantanian. En él había pensado desde que dejé aquel otro bar. Le cuento de aquel encuentro, le describo sus tonos de su voz, le transmito su entusiasmo.
Anteanoche, Tantanian me contó que se había quedado pensando en todo aquello. Le llevó tiempo poder imaginar una propuesta hasta que se lo imaginó como el padre de las hermanas Brontë (familia clave de la literatura inglesa del siglo XIX) en una especie de monólogo, para montar en un teatro alternativo. Todo esto, me dice, se lo cuenta en un correo electrónico enviado a principio del año pasado. A los 30 minutos le llega una extensa respuesta.
Es 4 de enero de 2014. La carta electrónica comienza recordando sus inicios, el mismo viaje interno al que lo había llevado el proceso de ensayos de Incendios. “En el momento de iniciarme como director -escribe Renán- vivía la certidumbre, incomprobable, pero absoluta, de que esa, exactamente ESA, era una etapa en donde de ser el buen actor que creía ser estaba a punto de transformarme en un «gran actor». Total…, ¿quién podría discutir esa solitaria certeza? Pero era tanta la ansiedad acumulada por el director reprimido que poco a poco, después de algunas experiencias teatrales y cinematográficas, el sentimiento de deuda conmigo mismo quedó postergado hasta que, hace unos pocos años, decidí intentar algún retorno gratificante a la actuación. Pero lo que complicó mis intenciones fue un progresivo deterioro en el sonido de mi voz, cada vez más ronca y con menos brillo.” Acto seguido, detalla una serie de situaciones. Lo hace con extremo pudor, una fina ironía y total valentía.
Luego de agradecerle la propuesta, la propia elección del material de las Brontë, la carta termina así: “¿Qué puedo decirte? Con mi voz anterior, con entusiasmo me incorporaría al proyecto. Hoy…sólo me parece una expresión de deseos. Esperemos”.
Tantanian le respondió aguardando la promesa de tomar un café que ya no será.
Su última régie en el Teatro Colón
A una semana de su muerte, hoy, a las 20, el Canal de la Ciudad volverá a emitir L’elisir d’amore, la ópera buffa de Gaetano Donizetti que fue su último montaje en el Teatro Colón, la sala de la que fue director artístico, en una de las gestiones más recordadas. El Canal de la Ciudad se puede ver por el canal 2 de CableVisión, el canal 72 de Telecentro o por la página buenosaires.gob.ar/canaldelaciudad.