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El Diario de El Paso | Jueves 27 Noviembre 2014 | 21:49 hrs
Austin, Tx.— Un hombre de 23 años originario de El Paso, donde se graduó de la Hanks High School, fue golpeado sin razón aparente por un empleado de un bar de juegos, causándole fuertes lesiones cerebrales.
Tras dos operaciones, los médicos desconocen si la vida de Joey O’Hare, volverá a ser como era antes de recibir la golpiza.
Ahora sus padres han interpuesto una demanda por negligencia en contra del bar, cuyo portero, Robert Giovanni Camillone, fue acusado por la Policía del ataque en contra de Joey.
La Policía de Austin informó que Joey O’Hare, ahora residente de San Antonio, no hizo nada para provocar el ataque en el Kung Fu Saloon, el pasado 16 de noviembre.
Los investigadores acusaron a Camillone por el cargo de agresión, un delito por el cual enfrenta hasta 20 años tras las rejas.
Una recién adquirida declaración de arresto muestra que O’Hare estaba por salir del Kung Fu Saloon y un video de seguridad muestra al portero, Camillone, envolver a O’Hare con sus brazos por el cuello, jalándolo hacia afuera y dejándolo caer de bruces en el suelo.
Joey es el hijo más joven de Joseph y Sylvia O’Hare, residentes de El Paso. Se graduó recientemente de la Universidad St. Mary’s, estaba haciendo sus prácticas profesionales en el distrito financiero de Nueva York y era presidente de la fraternidad universitaria a la que pertenecía.
“El ver lo duro que ha trabajado toda su vida y que alguien intente ponerle fin a su carrera, me parte el corazón”, dijo Joseph O’Hare.
“Es muy tranquilo. Se mantiene enfocado en sus metas. Tiene muchas aspiraciones en su vida”, dijo Sylvia O’Hare.
Sylvia contestó el teléfono cuando un hospital en Austin se contactó con ella.
“Nos dijeron que no nos podían dar información por el teléfono, pero dijeron que ‘si íbamos a poder llegar pronto a Austin’, y fue cuando pensé ‘Algo anda mal’, dijo O’Hare.
Joey viajó en auto hasta Austin para pasar un día con sus amigos de la infancia. Esa noche fueron al Kung Fu Saloon, ubicado en la calle Nueces.
Mientras salían del lugar por el patio, justo después de las 10 p.m. el atacante, un hombre que en la demanda es identificado como un posible empleado del bar —golpeó la cabeza de Joey contra el suelo. Su amiga, Adriana Chávez, no vio exactamente que pasó, sólo el resultado.
“Cuando salimos, lo vi en el piso en un charco de sangre”, dijo Chávez. Después de un par de horas de haber arribado al Hospital Brackenridge, O’Hare ya estaba en el quirófano siendo operado del cerebro.
Las fotografías muestran a O’Hare inconsciente con tubos que lo ayudan a respirar. Otras muestran las cicatrices de la cirugía.
Será sometido a una segunda operación, haciendo que su padre se preocupe aún más. Sus padres aún tienen esperanzas de que su hijo se recupere.
“Creo en él, si hay alguien que puede superar esto, él lo puede hacer”, dijo O’Hare.
Por ahora, los doctores no saben si Joey O’Hare volverá a ser el mismo, aún no saben cuándo o si en un futuro podrá recuperar su vida normal.
La familia O’Hare impuso una demanda el lunes contra el Kung Fu Saloon, argumentando que fue un acto de negligencia por parte del bar.
“No sólo están intoxicando a la gente, sino que están haciendo uso de esta fuerza injustificada en lugar de seguir un protocolo adecuado para sacar a las personas del bar”, según dijo el abogado Jason Mcmin, en representación de O’Hare.
La gerencia del bar no quiso aparecer ante las cámaras, pero dijeron que están esperando a que se resuelva la investigación del Departamento de la Policía de Austin. Sin embargo dieron a conocer el siguiente comunicado:
“La seguridad de nuestros clientes es siempre nuestra más importante prioridad. Apreciamos la ayuda del Departamento de la Policía de Austin en este asunto y le deseamos lo mejor a OHare y a todos los que hayan resultado afectados”.
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