Uno de los termómetros para medir la situación cultural de una ciudad lo aporta el número de conciertos que se dan al cabo del año. En Palencia, al poco de llegar a la Alcaldía el equipo de gobierno de Alfonso Polanco, la noche de la ciudad pasó de no contar con casi conciertos, a disfrutar de una variada escena musical. En busca de facilitar a los hosteleros los requisitos para dar este tipo de eventos, la Consejería de Urbanismo aprobó el 4 diciembre una modificación de la Ordenanza Municipal para la Protección del Medio Ambiente contra las Emisiones de Ruidos y Vibraciones.

Según explica la titular de Urbanismo, María Álvarez, el motivo del cambio normativo surge por la cantidad de peticiones de los hosteleros de la capital para que se rebajaran las exigencias. Como la crisis apremia, los bares necesitan atraer a una clientela que cada vez le cuesta más salir a la calle a consumir, por lo que distinguirse mediante espectáculos culturales, puede resultar un buen reclamo. «Lo que pretendemos con esta modificación es facilitar las cosas a los hosteleros en tiempos complicados como los que vivimos», asegura la concejala.

Los cambios más demandados por los empresarios del sector atañen a las Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS) y a las Zonas Asimiladas a las Saturadas (ZASAS). Las primeras definen áreas en las que existe una especial concentración de actividades empresariales recreativas que producen altos niveles de ruido; es decir, bares, cafeterías y discotecas, principalmente. Palencia cuenta con tres ZAS en las que se incluyen las calles de las superficies más concurridas durante las noches, es decir, la zona de la Catedral, del Seminario y de La puebla. En cuanto a las ZASAS, no existen grandes delimitaciones, sino que se catalogan algunas calles, atendiendo al número de locales. Sin embargo, tanto las saturadas como las que no llegan a estarlo, tienen a efectos legales, el mismo tratamiento.

Una de las demandas más solicitadas por los hosteleros e incluidas en el cambio normativo que entró en vigor el 26 de diciembre, permite que los bares con licencia de bar especial (bares de copas), puedan tramitar un cambio de actividad y obtener la licencia de café cantante (la que posibilita a los bares ofrecer conciertos). No obstante, los empresarios deberán asumir los preceptos dispuestos en las dos leyes de ámbito regional donde se disponen las condiciones a cumplir en estas actividades: la Ley del Ruido y, la Ley de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas. Una tercera ley, la de Drogodependencia, fija la distancia que debe separar a los bares.

The Lemon Society

Javier San Segundo, regente The Lemon Society, el único bar de la ciudad con licencia de café cantante, explica que su objetivo siempre fue ofrecer conciertos en el bar. «Abrí el bar pensando desde el principio en dar conciertos, era una forma de distinguirse del resto», asegura el joven hostelero, mientras anuncia satisfecho la confirmación de que su bar en unos meses aparecerá en el libro Guinness de los récords como el que más ginebras del mundo ofrece en barra.

Gracias a que San Segundo hizo las obras correspondientes para albergar espectáculos de música en directo, el mayor escollo, la insonorización, ya lo tiene salvado. Probablemente muchos hosteleros no tienen a día de hoy la licencia porque insonorizar el local requiere prácticamente «tirar el bar», en palabras de San Segundo. El coste de estas obras echa a muchos para atrás, pero además, la Ley de Espectáculos exige que el establecimiento cuente con camerinos y un escenario. Sin embargo, según el regente del Lemon, «los músicos, con que tengas un almacen para dejar las cosas, no te ponen impedimentos. Y en cuanto al escenario, un bar del tamaño del mío, no lo necesita».

The Lemon Society cuenta desde octubre de 2011 con la licencia de café cantante. «El precio del paso de la licencia es perfectamente asumible, unos mil euros», confirma San Segundo. «Por eso no comprendo que otros hosteleros no hagan las cosas legalmente, estando las cosas a nuestro favor, no como en Valladolid que legislan en contra de los bares y la música en directo», apostilla el regente del bar, no sin antes advertir que desea que cada vez se sumen más establecimientos a dar música en vivo, pero asumiendo los cauces legales.

Otra de las medidas contempladas en la modificación, permite a las empresas de la restauración consideradas como ‘poco molestas’, es decir: cibercafé, restaurantes, cafetería, café-bar, bar, pizzería y similares. Estos establecimientos pueden abrir con el cambio legal en las ZAS, siempre que cumplan la distancia de 25 metros, respecto a otro local de estas características. Cosa que con la normativa tal y como estaba antes de diciembre, no se permitía.