Alvaro Velázquez
NAUCALPAN, Méx., 20 de enero.- El supuesto trabajador de mantenimiento del centro comercial Plaza Satélite, que el pasado sábado murió cuando presuntamente se arrojó al vacío desde el último piso del estacionamiento de dicha plaza, ni era trabajador de mantenimiento de dicho lugar ni se arrojó al vacío, como en su oportunidad se dio a conocer, sino que -según denuncia de sus familiares- fue brutalmente asesinado a golpes por policías municipales de Naucalpan y de la SSC que previamente lo habían detenido, al participar en una riña en un bar de Ciudad Satélite.
En entrevista con LA PRENSA, familiares del ahora occiso, que pidieron anonimato por alguna posible represión policiaca, revelaron al Diario de las Mayorías que la víctima respondió en vida al nombre de José Luis Ramos Cornejo, de 36 años de edad, quien era comerciante y dueño de una óptica y, según su apreciación, después de que los uniformados lo mataron a golpes lo arrojaron del citado estacionamiento para aparentar un suicidio.
Los denunciantes indicaron que el pasado viernes 16 de enero del año en curso, José Luis llegó al bar denominado El Boomers, ubicado en Ciudad Satélite, en compañía de uno de sus hermanos y un amigo de nombre Erick Sánchez, donde estuvieron conviviendo e ingiriendo bebidas embriagantes durante varias horas.
Posteriormente, dijeron los familiares
-por lo que se enteraron- al calor de las copas José Luis, su hermano y su amigo participaron en una riña colectiva que se registró en el interior del citado bar y, luego de ello, a petición de los dueños llegaron al lugar los tripulantes de 4 patrullas y 3 motociclistas de la Policía Municipal de Naucalpan y de la SSC, quienes al poner orden detuvieron a varios jóvenes, entre los que figuraba José Luis.
En un intento porque los uniformados no se llevaran a José Luis, agregaron familiares, su hermano y su amigo se acercaron a los policías, a quienes les ofrecieron 1,500 pesos para que lo dejaran ir y no lo pusieran a disposición del ministerio público, cantidad de dinero que los policías aceptaron y de todos modos se los llevaron; les indicaron que metros adelante lo iban a bajar de la patrulla para que la gente no se diera cuenta que habían aceptado el soborno.
Sin embargo, agregaron los indignados familiares, a partir de ese momento ya no volvieron a saber nada de José Luis y a pesar de que durante toda la madrugada del sábado lo buscaron, tanto en el cuartel de la Policía Municipal de Naucalpan, en el centro de justicia y en las diferentes bases de la SSC, jamás lo encontraron.
Después de varias horas de intensa búsqueda, añadieron, finalmente se enteraron del paradero de José Luis, cuando observaron en la portada de LA PRENSA el cadáver de un hombre que reunía todas las características de su familiar desaparecido, el cual había muerto cuando supuestamente se había arrojado al vacío del último piso del estacionamiento del centro comercial de Plaza Satélite.
Más tarde, dijeron, cuando tuvieron a la vista el cuerpo dentro de las instalaciones del Semefo, del centro de justicia de Naucalpan, confirmaron abiertamente que se trataba de José Luis.
Posteriormente, añadieron, cuando se entrevistaron con la licenciada Laura Islas, agente del ministerio público de la Fiscalía de Homicidios de la PGJEM, ésta, según dijeron, les reveló que de acuerdo a los resultados de la necropsia, José Luis no había muerto por la caída, sino su deceso se dio a consecuencia de una brutal golpiza que recibió, golpes que la postre le provocaron estallamiento de vísceras y una serie de hemorragias internas.
Ante tales apreciaciones, señalaron los indignados familiares, sus sospechas se confirmaron y dedujeron que los policías mataron a golpes a José Luis y, luego para aparentar un suicidio y evadir su responsabilidad en el crimen, lo arrojaron al vacío desde el último pisto del estacionamiento del centro comercial de Plaza Satélite.
Ante tal situación, los familiares, exigieron justicia e hicieron un enérgico llamado a la PGJEM para que se investigue este bochornoso caso con toda seriedad y todos los policías municipales y de la SSC que participaron en el crimen sean identificados, detenidos y castigados con todo el rigor de la ley, “pues no es posible que quienes están para brindar seguridad a los ciudadanos, sean quienes atenten contra su misma seguridad”.
Los familiares, de igual forma, solicitaron que se abra una línea de investigación contra los dueños del bar El Boomers, pues denunciaron que estas personas pagan fuertes cantidades de dinero a elementos de la Policía Municipal y de la SSC para que les brinden seguridad privada y están coludidos con los mismos uniformados para que saquen de manera violenta de sus instalaciones a todos los jóvenes que se encuentran en completo estado de ebriedad, a quienes en la calle, en claro abuso de autoridad, los golpean y, como auténticos ladrones, les roban dinero, joyas y todo lo que llevan en su poder.