Entre el café y las medialunas de la merienda, uno de los clientes de una confitería de City Bell escuchó el llanto de una chica que repetía que le habían robado el celular.
El hombre decidió entonces subirse a su auto y perseguir al ladrón: a las pocas cuadras pudo recuperarlo de manos del propio delincuente.
Todo pasó hacia las 18.10 en la sucursal de Frawen`s de diagonal Jorge Bell entre Cantilo y 472, en el corazón del centro comercial y gastronómico de esa localidad.
Sobre la vereda, a pesar de que la lluvia se mostraba amenazante, “la mitad de las mesas estaban ocupadas”, contó Francisco, el encargado del negocio.
Por allí pasó un adolescente de alrededor de 15 años, aparentemente solo, que cuando se acercó a una mesa en la que estaban sentadas tres chicas de alrededor de 20 años, le arrebató de las manos el teléfono a una de ellas.
La joven empezó a pedir ayuda a los gritos, viendo cómo el ladrón se iba corriendo hacia 472 y de allí hacia el camino Centenario.
Hubo testigos que llamaron a la Policía, incluidos los encargados de la confitería. Pero el único que actuó distinto fue Marcelo, que estaba sentado en una de las mesas en el salón y se levantó casi en un acto reflejo.
“Escuché para dónde se había ido, cómo estaba vestido y salí a perseguirlo”, relató el testigo en diálogo con este diario.
A Marcelo lo ayudó que, por ser domingo, había muy poco movimiento en la zona.
A sólo tres cuadras, en 471 y 13C, el hombre divisó a un menor que iba con el mismo buzo azul que había descripto la víctima.
“Dame el celular”, le ordenó Marcelo, convencido de que era él. En primer lugar, “el chico se hizo el desentendido”, pero ante la insistencia del hombre el adolescente terminó por hacer caso: le dio en la mano el celular robado y se escapó otra vez corriendo.
Para ese momento la Policía estaba al tanto del arrebato, por lo que dispusieron en la zona un operativo en los alrededores de la estación de Trenes. Aparentemente, el ladrón habría conseguido escaparse en una formación ferroviaria.
Marcelo señaló además que no intentó capturar por sus medios al ladrón. Prefirió ir a devolverle el celular a la chica y terminar de tomarse el café.
Los días de semana suele haber vigilancia policial permanente en el centro comercial de Cantilo, y en especial en la esquina de Jorge Bell.
Seguramente este episodio provoque un nuevo debate: “Hoy -por ayer- no había policías”, dijeron en el negocio.