17 Marzo, 2014
Por un lado camareras en lencería en un bar de trabajadores y por el otro un colectivo feminista denunciando el trato denigrante a estas mujeres. Ésta es la situación en la que se ha visto envuelto el bar-restaurante Eric II, situado en el polígono Riuclar de la ciudad de Tarragona, como medida para recuperar clientes ante la incesante bajada de beneficios con la llegada de la crisis.
Tal y como publicaba hace unos días el diario digital Delcamp.cat, hace alrededor de un año la propietaria del establecimiento, Loli Carrillo, decidía tomar medidas drásticas ante el imparable descenso de clientes y ventas en su establecimiento, poniendo a sus camareras a vestirse con lencería y ropa sexy para preservar y generar clientela, eminentemente masculina en un polígono industrial de estas características.
En una entrevista publicada en el medio Delcamp.cat, la dueña del bar explica las razones de este cambio de imagen en la barra de su bar, aunque ella no comparte la vestimenta del resto de camareras.
Loli Carrillo subraya la dificultad de encontrar chicas que acepten el puesto de trabajo con las nuevas exigencias, ya que para encajar en el perfil de su bar tienen que ser “bonitas, no pasar vergüenza, servir bien las mesas y ser simpáticas”.
En la actualidad cuenta con cuatro jóvenes, aunque tiene pensado contratar a alguna más después de la afluencia que ha generado la iniciativa.
En cuanto al proceso de adaptación de las trabajadoras, ellas mismas han sido las encargadas de asegurar que no fue nada fácil, aunque afirman que se ayudan mucho entre ellas y, respecto a los clientes, éstos “no son nada morbosos”, explicaba una de ellas.
Ahora, con las cuentas del negocio por encima de los números rojos, la propietaria estudia ampliar la oferta de sus ‘desayunos picantes’ ofreciendo espectáculos de entretenimiento similares durante los sábados por la mañana, que es cuando hay más afluencia de clientes.