Ver para creer. Los famosos cigarillos electrónicos siguen dando sorpresas. Laura Baty estaba sirviendo en el Hotel Buck Inn en Richmond, North Yorkshire, cuando escuchó una explosión y vio como una llama de fuego se aproximaba hacia ella. Un cigarrillo electrónico, de otra camarera del hotel, le había explotado casi en la cara mientras este se cargaba en un iPad: “Estaba a punto de darle el cambio a alguien cuando oí la explosión. Entonces, empecé a gritar mientras mi brazo se quemaba”, declaraba Laura Baty al diario ‘Daily Mail’.
Laura, que ha trabajado en el hotel durante casi dos años pensó que “la caja de fusibles había volado. Todo el mundo estaba sorprendido”. Y no es para menos. El cigarrillo electrónico pertenecía a Stewart Paterson, quien también trabajaba en el bar en ese momento, y estaba tratando dejar de fumar desde el pasado diciembre.
Después del accidente, Paterson aseguraba que puso el cigarrillo a cargar como lo había hecho en innumerables ocasiones. La batería pertenecía a la compañía Totally Wicked E Liquid. Un portavoz de la compañía señalaba a ‘Daily Mail’ que “ellos proporcionan información en la web y en los kits de compra de los cigarrillos electrónicos instrucciones acerca de cómo cargar y cuidar la bateria de estos dispositivos”.