Una manifestación inédita tuvo lugar anoche en el playón de la ex Estación Provincial de 17 y 71. Alrededor de 400 personas – la mayoría jóvenes – protagonizaron una “besada” pública y masiva. Fue convocada, a través de las redes sociales y “en repudio a la discriminación”, por las dos chicas que denunciaron haber sido echadas de un bar de esa esquina por besarse dentro del local. Con la voz de fondo de Gustavo Cerati cantando “Puente” hubo besos en la boca y en la mejilla y, sobre todo, muchos abrazos.
Agustina Pierres y Belén Zarranz, pareja desde hace un tiempo, fueron protagonistas de una escena, el domingo a la madrugada en Mirapampa – 17 y 71 -, que les valió una “invitación” de los propietarios a retirarse del lugar. Según las jóvenes, las echaron del bar porque se habían besado. En cambio, los dueños del local señalaron, al conocer la denuncia, que les pidieron que se fueran porque lo que había ocurrido era “bastante más que un beso”.
A la protesta, que se aclaró de entrada sería “pacífica y sin ningún tipo de agresión” hacia el establecimiento donde se levantó la polémica, concurrieron gays, heterosexuales, familias y militantes de organizaciones sociales. Muchos de los manifestantes se expresaron mediante pancartas que proclamaban: “Besos para todos y todas. Igualdad”, “La ley es también elegir donde amarnos”, “El amor es uno solo” y “No a la heteronorma”, entre otras consignas.
A través de una representante del colegio, se leyó una carta de adhesión al repudio que redactaron las autoridades y los trabajadores del Liceo “Víctor Mercante”, donde Agustina estudió el secundario y ejerce ahora un cargo de preceptora.
También habló un amigo de Belén y Agustina, Juan Fasio, quien subrayó que “hay gente pobre de corazón que no puede soportar que haya gente que se ama”. A la joven pareja le tocó cerrar el acto. Belén agradeció “todo el apoyo brindado” y señaló su expectativa de que el encuentro “contribuya a la aceptación de la diversidad en toda la sociedad”. Agustina la siguió gritando un “viva” por “el amor en todas sus manifestaciones”. Ahí nomás se invitó al público a besarse, “en la boca, en la mejilla, donde quieran” y también a abrazarse. “Expresen el amor como quieran” sugirieron.
El beso “central” estuvo a cargo, por supuesto, de Agustina y Belén. Pero también se besaron “la estatua viviente” y su pareja, y algunas chicas y chicos, homosexuales y heterosexuales. En rigor, lo que primó como manifestación afectiva fue el abrazo, que se replicó con efusión entre dos personas o incluso en grupos de tres o cuatro amigos.