Pues este solitario ejemplar de Canis lupus se encontró un parroquiano del Bar Las Palomas, en Valsaín, en la carretera de Robledo, a la salida del establecimiento. Una de las excepcionales veces (por no decir la primera, al menos en Segovia) en que se detecta a un lobo en un entorno urbano. La foto fue tomada en la madrugada del jueves (clicar sobre la foto para ampliar) y ha corrido como la pólvora por los Whatsapps de la zona. “Creemos que es la primera vez que se ve un lobo por aquí; ni los más mayores recuerdan algo así antes. Desde luego está tomada delante del bar, a eso de las cinco de la madrugada”, explica Fernando Peinador, de Las Palomas. Las orejas triangulares -a diferencia de las más alargadas de los pastores alemanes- y la relativa escasa envergadura, propia del lobo ibérico, son dos rasgos característicos fáciles de apreciar.
El encontronazo es, en cualquier caso, sumamente raro. Los lobos son esquivos s y rehuyen al hombre, aunque en invierno no es inusual encontrarlos hurgando en contenedores de basura pero en zonas aisladas. La aparición de este ejemplar acontece en pleno debate en Segovia entre partidarios y detractores sobre el mantenimiento del lobo como animal protegido al sur del Duero, después de que la Junta de Castilla y León informase que la población de lobos “segovianos” se ha duplicado en los últimos años, pasando de 5 manadas fijas a 10.
Así, el pasado 6 de noviembre la Unión de Campesinos emitía un comunicado exigiendo a la Administración regional un control efectivo de la especie para evitar los ataques a las explotaciones ganaderas. Por el contrario, los conservacionistas partidarios de la coexistencia con el lobo se han reunido este fin de semana en San Miguel de Bernuy y el Castillo de Castilnovo en el marco de las Jornadas del Lobo, organizadas por Naturaltur. En las mismas se presentó, entre otros actos, la guía “Buenas prácticas para la coexistencia del Lobo y la agroganadería” editada por el proyecto Wolf . (+ Información)
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