Pese a la solemnidad del tema a debatir, la histrica jornada que vivi ayer el Congreso de los Diputados estuvo repleta de ancdotas que reflejan tanto el delicado momento que atraviesa el PSOE, como los esfuerzos de los grupos pequeos por hacerse notar aprovechando el eco de un debate de tanta trascendencia, ante la mecnica de una legislatura en la que el rodillo de la mayora del PP desdibuja al resto de opciones.
En cuanto al incendio que sufre el PSOE tras la debacle del 25-M, qued patente que Alfredo Prez Rubalcaba despierta ahora menos atencin que los tres diputados dscolos que rompieron la disciplina de voto o que aquellos parlamentarios que se postulan para sucederle.
La jornada dej, no obstante, una imagen casi indita, la de una veintena de conservadores aplaudiendo la intervencin a favor de un relevo sin sobresaltos en la jefatura del Estado que realiz el an secretario general del PSOE.
Los chistes de pasillo
En los pasillos, esta situacin provoc algn que otro chiste, como el de un lder del PP que se pregunt qu es “peor”, que un diputado popular llame la atencin del Gobierno por su discurso o que te apoye la bancada del partido contrincante.
Menos respaldo demostr el hemiciclo a Duran, quien fue recibido con murmullos que fueron a ms cuando expuso la “poltica pequea” que el Ejecutivo practica hacia Catalua, hasta el punto de que algn popular le solt un “ya vale”, a lo que el lder de Uni respondi pidiendo respeto.
Los cuchicheos y abucheos fueron constantes tambin durante las intervenciones del portavoz de la Izquierda Plural, Cayo Lara, y la lder de UPD, Rosa Daz, lo que provoc que el presidente del Congreso, Jess Posada, se tuviera que emplear a fondo en mantener el silencio. Fiel al estilo coloquial que ha empleado en ms de una ocasin, Posada solt a sus seoras que los que no estuvieran atendiendo las intervenciones se fueran “al bar o donde sea”.
Menos firmeza tuvo que emplear, por contra, con los grupos minoritarios, que no malgastaron su minuto de gloria y exhibieron carteles o camisetas reivindicativas. Los integrantes de la Izquierda Plural, por ejemplo, adems de lucir escarapelas en la solapa con los colores de la bandera republicana, mostraron carteles que exigan un referendo “ya”, que guardaron en cuanto Posada les llam la atencin. Los diputados de Amaiur, por su parte, vestan camisetas con el lema derecho a decidir y su portavoz, Sabino Cuadra, termin su bronca intervencin mostrando una ikurria. En representacin de Comproms, Joan Baldov, tras jalonar su discurso con fragmentos del Habla pueblo, habla que hizo famoso el grupo Jarcha durante la transicin, exhibi la portada censurada de la revista El Jueves sobre del relevo en la Corona.
La extraa votacin
No obstante, pese al colorido de las intervenciones de la izquierda, la parte ms llamativa tuvo lugar cuando los diputados proclamaron sus votos en voz alta, un procedimiento que normalmente solo se usa en las investiduras del presidente del Gobierno. La votacin comenz, por sorteo, por la diputada popular Andrea Fabra, hija de Carlos Fabra y que se hizo famosa cuando solt aquello de “que se jodan” cuando Mariano Rajoy anunci recortes a los desempleados.
Tras ella, el resto de diputados fueron proclamando su voto, con la particularidad de que los tres parlamentarios de ERC exclamaron: “Por la repblica catalana, voto no”, mientras que los integrantes de IU-ICV optaron por argumentar que “por la democracia y la repblica” tambin rechazaban el texto legal. En la bancada socialista, la parlamentaria del PSC Isabel Lpez Chamosa dio un s a la ley pero, ante la cara de disgusto de Rubalcaba, aadi “que se jubile”, en referencia al Monarca. En el lado opuesto, el popular Juan Manuel Albendea aadi a su s un “viva el Rey”.
Tambin durante la votacin, la socialista e integrante de la mesa del Congreso Carmela Silva protagoniz lo que ella llam “la ancdota de la maana” al leer el nmero que ocupa el diputado y jefe de gabinete de Rajoy, Jorge Moragas, concretamente el “215”, como si se tratara de su apellido.