Una mesera de un bar de Rusia demostró que la diferencia física entre un hombre y una mujer no existe a la hora de defender su integridad física ante un flagante acoso sexual.
Y es que la joven usó un menú para darle una tremenda paliza a un cliente “puntudo” que intentó sobrepasarse con ella y trató de tocar su trasero.
¿El resultado? El acosador terminó literalmente “volando por los aires” tras recibir toda la furia de la víctima y debió ser socorrido por sus amigos.