Por José Mercado
Mexicali, Baja California.- La juez de Garantías del Nuevo Sistema de Justicia Penal, Maritza Morales Mercado envió a proceso de vinculación por el delito de homicidio calificado a un imputado, quien por una venganza personal una madrugada de mayo del 2013 arrojó una serie de bombas molotov al interior de un bar lleno de personas, provocando la muerte de una de ellas, Mónica Yesenia Meléndez Jacobo.
Durante la audiencia de vinculación a proceso programada a las 10:30 horas y que inició casi 45 minutos después, el agente del Ministerio Público, Fidel Corvera Gutiérrez, presentó las evidencias que sirvieron de base a la Juez de Garantías para vincular al imputado y establecer un plazo de seis meses para la conclusión del problema y las autoridades puedan emitir el fallo.
Al inicio de la audiencia, por recomendación de la defensora privada contratada por la familia del imputado, éste declinó a que se dieran a conocer su imagen ni sus generales de acuerdo al principio de que toda persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario.
Luego de la oposición de la defensa, el representante social dio lectura al trabajo de investigación llevado a cabo y de paso solicitó que el imputado fuera vinculado a proceso y con los agravantes de premeditación, alevosía y ventaja, lo que a exposición de la juez se cumplieron los argumentos.
La muerte andaba en la fiesta
El representante social advirtió que la madrugada del 26 de mayo del 2013, como a las 04:00 horas, un grupo de jóvenes a bordo de un auto Toyota Corolla, dorado (arena), por segunda vez llegaron al bar Rehab, en la calzada L. Montejano frente a la tienda del ISSSTE y de acuerdo a la versión de algunos testigos, arrojaron una serie de bombas molotov provocando quemaduras a una mujer que falleció días después al estar internada en el Hospital “20 de Noviembre” de la Ciudad de México, a donde fue llevada buscando salvarle la vida. Otras víctimas más quedaron internadas en un hospital local.
De acuerdo a la versión de testigos, indicaron que quienes arrojaron los artefactos de fabricación casera, posteriormente comentaban que escuchaban los gritos de las personas “me estoy quemando”, y que de los victimarios afirmó sentirse “bien cool”.
Antecedentes del crimen
La noche del 26 de mayo, un grupo de jóvenes residentes de González Ortega llegaron al bar antes mencionado con la intención de divertirse. Bebían y bailaban cuando de pronto uno de los concurrentes entró en conflicto con uno de los guardias de seguridad. Se liaron a golpes. Sus amigos al darse cuenta entran en auxilio del residente de Palaco y también entraron más elementos de seguridad del lugar.
Disminuidos en posibilidades, los visitantes deciden retirarse en el mismo auto en que llegaron un Corolla arena del cual no se establecieron datos de número de placas ni serie del mismo.
Al retirarse del sitio lanzaron las amenazas de “Voy a volver a darles en la …dre. Van a ingar a su … dre”, dicho por el ahora imputado, mientras golpeaba el volante del auto.
En declaraciones de testigos indicaron que éstos llegaron al domicilio del imputado en González Ortega. Éste les indicó la necesidad de fabricar unas bombas molotov mismas que hicieron con cuatro botellas de caguama a las que pusieron a la mitad de gasolina y les agregaron aceite de cocina, les colocaron una mecha con trapos y se dirigieron nuevamente al bar. En el mismo auto ahora solo viajaban tres personas.
Por la madrugada llegaron de nuevo al bar y el imputado fue el primero en lanzar la primera, su hermano lanzó la segunda bomba; el mismo imputado arrojó la tercera y después una cuarta bomba.
El tercero que viajaba en el auto no se bajó del mismo, era el conductor que mantuvo el motor encendido y así huyeron solo que algunos de los presentes alcanzaron a advertirlos.
Otro día, a uno de los que se bajaron del Corolla y no los acompañó a lanzar las bombas, uno de los hermanos le comentó “anoche fuimos a incendiar el Rehab” y enseguida explicó como fue que lanzaron la primera bomba que se estrelló contra el cristal de la puerta, la segunda lanzada cayó dentro del local, igual que una tercera y la cuarta, indicó que no logró ver donde cayó.
Después de que le comentó como gritaba la mujer mientras le repetía que se quemaba, quien le escuchó y que antes del siniestro les acompañó le dijo: “Ni me lo cuentes” y prefirió retirarse.
El representante social indicó que en el C-4 a eso de las 4:45 de la madrugada que una persona fue llevada al Almater y otra más al Hispano Americano, víctimas del incendio.
El agente ministerial, Francisco Javier Cota, quien acudió al Almater, dijo que entrevistó al médico Iván Zurita y éste le comentó que el cuerpo de Mónica presentaba quemaduras en el tórax, abdomen, los genitales, la cara interna de los muslos y piernas, así como en la parte interna de los brazos y por la gravedad de las lesiones no era posible interrogarla.
El 26 de mayo el ministerial Jesús Alonso Muñiz dijo que a eso de las 05:00 de la madrugada, por la Montejano, frente a la tienda del ISSSTE hubo un incendio con daños en la fachada, en los vidrios y la parte interior y exterior, con indicadores como una camiseta roja parcialmente quemada, residuos de líquido, fragmentos de vidrio y el dictamen de los especialistas del cuerpo de Bomberos, Rubén Martínez y Rigoberto Bustamante concluyeron que el lugar fue incendiado de manera intencional.
El guardia Miguel Ángel Rolón dijo a la fiscalía que el 26 de mayo como a las 02:30 horas de la madrugada unos ciudadanos se encontraban en la zona al aire libre del bar, eran como nueve o diez, entre hombres y mujeres. Dos de ellos discutieron y procedió a sacar a uno, forcejearon y dos amigos de los visitantes se sumaron y se fueron encima más guardias que finalmente se echaron a correr, se fueron.
Como a la hora regresó el auto Corolla arena y dos muchachos se bajaron del mismo con unas botellas en la mano tipo bombas molotov y al arrojarlas empezó a quemarse el antro y dentro del mismo una muchacha gritaba que se estaba quemando. Llegaron la Policía, las ambulancias de la Cruz Roja, los Bomberos.
La defensa privada del imputado presentó una serie de documentos mediante los cuales pretendió desestimar por no ser confiables, la participación en calidad de testigos de dos personas: Carlos Andrés Flores Velásquez a quien señaló haber tenido problemas de salud mental que lo mantuvo internado en un centro y que en agosto del 2014 se auto provocó la muerte por asfixia.
Indicó que dicha persona desde niño fue paciente en el Centro Psiquiátrico y que la SEBS lo valoró con problemas en el aprendizaje y de paso la abuela Míriam Núñez estableció que el joven no debía hacer declaraciones y presentó un encefalograma.
De otro de los testigos presentados por la fiscalía indicó que había un problema similar y por lo tanto tampoco debía ser valorada su declaración.
Tras de escuchar cada una de las aportaciones que sobre el caso hicieron las partes, la Juez de Garantías Maritza Mercado estimó que había los elementos suficientes para vincular a proceso al imputado y además la decretó la prisión cautelar preventiva y fijaron el plazo de seis meses para dar por concluido el proceso.
¿Y el otro participante que arrojó una bomba?
Al finalizar la audiencia, en una entrevista breve al agente del Ministerio Público, Fidel Corvera, estableció que la persona restante cuyo nombre se manejó en reiteradas ocasiones durante el acto, simplemente dijo: “Anda huyendo”.