Bar Musical La Dulzaina
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No pierdo el tiempo, pues. Reparo en una señora de rostro graso que le habla al chihuahua que porta en brazos sobre su exmarido comparándole con más de veinte animales de charca. Con posterioridad continúo adentrándome en los misterios de lo obvio al fijarme en la bravura de un borracho de barriga desbordacintos, ropa tan gastada como propia de la burguesía molinera y que parece llevar tatuado en sus mejillas el mapa de Logroño: su ebriedad es antisocial pero para sacarle a la calle hacen Read more [...]