La proteína Lamina A resuelve el caos de la reproducción

Yuval Garini, de la Universidad de Bar-Ilan ha señalado cómo la proteína Lamina A asegura la estabilidad del nucleo celular y la codificación genética.
Las células humanas tienen 46 cromosomas que determinan lo que somos – una fábrica para la replicación y la reproducción que forma nuestro cuerpo, rasgos y envejecimiento. Dentro de esta celda de 10 micrómetros se encuentra una mezcla de 46 segmentos de espirales de ADN que se extendería a lo largo de tres metros si se encadenan juntos.
“Sólo para entender las proporciones, es como tomar un plato de espaguetis y convertirlo en una larga cadena de unos 10 kilómetros de largo,” dice el profesor Yuval Garini del Departamento de Física de la Universidad Bar-Ilan y director de su Instituto de Nanotecnología y Materiales Avanzados.
“Los cromosomas en el núcleo se encuentran dentro de un fluido, si no hay un mecanismo que mantenga el orden, la célula morirá y no será capaz de completar la etapa de división”.
Cuando se trata de la mezcla aleatoria de cromosomas, cada proceso genético consiste en una especie de milagro que nos permite pasar nuestro código genético y producir proteínas y células.
Garini se enfoca en lo que hace al orden y la estabilidad de la maraña; según publicó recientemente en un artículo en Nature Communications sobre el tema. Fueron necesarios cinco años de investigación, con la ayuda de los estudiantes Irena Bronshtein y Eldad Kepten, en colaboración con el Prof. Yaron Shav-Tal del Departamento de Ciencias Exactas de Bar-Ilan.
“Estamos presentando una solución significativa, lógica, sencilla a la cuestión de la estabilidad del sistema cromosómico”, dice Garini. “En pequeños sistemas biológicos, a nivel de una sola célula, no hay cerebro, no hay sensores, no hay ningún ser inteligente que vea o dirija cada jugador separadamente.”
Según la investigación de Garini, los “brazos” que conectan las partes de los cromosomas en la célula son básicamente proteínas conocidas como Lamina A.
En los últimos años, una conexión directa se encontró entre la Lamina A y varias enfermedades, entre ellas la distrofia muscular, enfermedades ligadas al sistema nervioso periférico y enfermedades que causan el envejecimiento acelerado. El más famoso es el síndrome de progeria Hutchinson-Gilford, que provoca un envejecimiento rápido en los niños y es inducido por una mutación de la Lamina A.
La lista también incluye la distrofia muscular y la miocardiopatía dilatada, lo que hace que el corazón para amplie y restrinja su capacidad para suministrar a los órganos de sangre.
“Las razones exactas que atan a las proteínas Lamina A a estas enfermedades todavía no se conocen completamente,” dice Garini. “Están casi seguro ligadas a una distorsión en la estructura de la proteína que impide el funcionamiento normal, así como las interrupciones en la organización del ADN en el núcleo y la forma en que afecta a la creación de otras proteínas.”
Mientras que la ciencia ya

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