A pesar de las estrictas restricciones que la legislación impone a la promoción de los productos del tabaco, las principales marcas “desplegaron agresivas acciones publicitarias” en los principales balnearios de la costa atlántica este verano.
Así surgió de un relevamiento de la Federación Interamericana del Corazón (FIC), que denunció que muchas de ellas son “violaciones explícitas” a la norma.
Esta ONG abocada a la prevención de las enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares realizó un estudio en fiestas, bares, boliches y paradores de Mar del Plata, Pinamar y Villa Gesell para evaluar el cumplimiento de la denominada “Ley Antitabaco” (26.687).
Sancionada en 2011 y reglamentada en 2013, esta norma prohibió la publicidad, promoción y patrocinio de productos elaborados con tabaco a través de cualquier medio de difusión o comunicación, en forma directa o indirecta, a excepción del interior de los puntos de venta, las publicaciones comerciales destinadas al sector tabacalero y las comunicaciones directas a mayores de 18 años.
“Durante el relevamiento se detectó que la industria tabacalera continúa desplegando múltiples estrategias de marketing dirigidas a jóvenes, algunas de las cuales violan explícitamente la ley de control de tabaco”, indicó la organización a través de un comunicado.
Los datos surgen de un recorrido realizado entre el 16 y el 22 de enero pasados, que incluyó a 21 paradores, cuatro boliches, tres bares y dos fiestas.
En ese sentido, FIC identificó “5 tácticas clave dirigidas a jóvenes”: stands ambientados con anuncios y pantallas luminosas; presencia de promotoras que proponen juegos o realizan encuestas; canje o entrega de paquetes como muestras gratis; decoración de espacios con la estética y el logo de las marcas; y entrega de objetos promocionales.
Pero algunas de estas estrategias están expresamente prohibidas por el reglamento de la ley, según se desprende del texto: el “uso de incentivos directos o indirectos que fomenten la compra o consumo, tales como la realización de descuentos, la entrega de objetos y la realización de concursos”; la utilización de carteles publicitarios luminosos, más de dos por marca o que superen los 30 x 30 centímetros; y “la entrega de muestras gratis, ya sea como obsequio o canje”.
Así, la organización encontró, por ejemplo, que una marca regalaba un par de auriculares con la compra de cinco paquetes en Pinamar -donde, además, promotoras entregaban muestras gratis de cigarrillos en paradores y boliches-; y que las paredes de boliches de Villa Gesell y Mar del Plata exhibían anuncios publicitarios luminosos.
Pero más allá de las infracciones claras, está el aprovechamiento de las tabacalera de los vacíos legales que dejó la norma.
Veronica Schoj, directora ejecutiva de FIC Argentina, enumeró otras cuatro deudas pendientes en materia de control del tabaquismo: aumentar la fiscalización y control con la ley vigente, reducir al máximo los puntos de venta, incrementar la carga impositiva para que Argentina “deje de tener los cigarrillos más baratos del mundo” y avanzar hacia una prohibición completa de la publicidad y promoción de los productos del tabaco.
“Estamos hablando de un producto 20 veces más adictivo que la cocaína, que explica la primera causa de muerte prematura y evitable en Argentina (40.000 al año), que se comienza a consumir a una edad promedio de 13 años y que quieren dejar el 80% de los fumadores, pero no pueden”, explicó.
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