Marcos Rodríguez no tiene despacho, tampoco sala de reuniones ni compañeros de trabajo. Es uno de los muchos autónomos, ahora llamados ‘freelances’ o emprendedores, que debe establecer cada día su propio horario, su propia rutina y disciplina. Este vigués afincado en Madrid ha encontrado todo ello en La Bicicleta Cycling Café (Plaza de San Ildefonso, 9), uno de los escasos ‘workplace’ que localizamos en la capital. “Trabajo en casa y a veces es súper aburrido. Sin darte cuenta, te dan las cinco de la tarde en pijama y parece como que no estás haciendo nada. En cambio, venir aquí es como acudir cada día a la oficina y conoces a mucha gente”, explica este exportador de tuberías para industria y construcción, mientras coloca en reposo su Mac para atendernos.

Como él, numerosos informáticos, diseñadores gráficos o arquitectos, ocupan en estos momentos las mesas situadas en las dos plantas del local, la mayoría provistos de su portátil. “Tenemos enchufes accesibles, encimeras para las personas que vienen solas y cajoneras para que puedan guardar el ordenador bajo llave si van al baño o a hacer un recado, y mesas grandes para quienes necesiten convocar una reunión de trabajo”, puntualiza Quique Arias, uno de los propietarios e ideólogos de La Bicicleta que, además, es el primer café de temática y contenido ciclista de Madrid, acogiendo numerosos eventos vinculados a las dos ruedas.

También es único su concepto de ‘workplace’, inspirado en El Paso, una cafetería mexicana londinense “que me encontré mientras diseñaba este proyecto, realizando diferentes viajes al norte de Europa. Pero aquí ni hay que pagar por usar una mesa ni se alquilan salas de reunión, sino que ofrecemos un lugar de trabajo sin tener que estar consumiendo necesariamente”, matiza Arias. Y, de momento, “nos funciona la estrategia de apostar por tener permanentemente a gente en el local, frente a la rotación por la que siempre se ha inclinado la hostelería tradicional”, concluye.

ESPACIO DE IDEAS
Basado también en un edificio londinense, ha nacido Catharsis (Valverde, 6), un espacio de ideas al que los profesionales no sólo pueden recurrir para alquilar sus salas de reunión por horas, sino también para desarrollar en él sus propios proyectos, que van de obras de microteatro a talleres, exposiciones o presentaciones de discos. “Sigue habiendo mucho paro y también muchos autónomos que no cuentan con dinero suficiente para disponer de una oficina propia. Aquí pretendemos echarles un cable”, apunta Marta García, propietaria de este establecimiento madrileño. Un local que se une a la tendencia de trabajar en un espacio público, por necesidad o como alternativa.

Catharsis cuenta con cafetería (en la imagen), una sala pinacoteca y otra de reunión. Panela Co (López de Hoyos, 10) o La Casa Encendida (Ronda de Valencia, 2) se acercan también al concepto de ‘workplace’ madrileño.